Gerardo García, uno de los herederos de la Alborada en San Miguel de Allende

Redacción

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Gerardo García Vázquez es un heredero de la Tradicional Alborada que dice tener la fortuna de ser un descendiente de los fundadores de una de las tradiciones más arraigadas y que representa el mayor fervor de los sanmiguelenses: La Alborada.

Es nieto de Don Evodio García Arredondo, más conocido como «El Prieto Evodio», el iniciador de la Alborada en el año de 1924, quien siempre participó en temas referentes de las tradiciones de San Miguel y de las que conllevaban también dentro de La Fábrica La Aurora.

Evodio García nació en Salvatierra, Guanajuato y fue de los jóvenes que llegaron a radicar a San Miguel de Allende para ponerse a trabajar en La Fábrica La Aurora. Aquí hizo su vida, formó su familia y se convirtió en un defensor de las tradiciones del lugar del que se enamoró.

La Alborada se realizaba cuando La Fábrica la Aurora estaba en su más grande esplendor  y fue que ahí que se conocieron Emigdio Ledesma y Don Evodio (abuelo de Gerardo), que posteriormente se unieron a otros de los otros fundadores de la fiesta y también a Gerardo.

«Junto con los personajes de La Aurora, yo recuerdo a Don Eusebio García, El Señor Prisco y me platicaban de ellos que también eran de los iniciadores de La Alborada, que las primeras estrellas eran de carrizo, después de Jara y les metían una parafina que servía de luminaria. Nadie era jefe, todos ahí participaban por la alegría de ir a ver al Señor San Miguel y ahí fue donde nacieron las Estrellas», dice Gerardo.

Don Evodio García falleció en 1985, a partir de entonces su nieto, el único de la familia que se familiarizó con las tradiciones de San Miguel, heredó la responsabilidad de continuar con las estrellas de la Alborada. Desde los 7 años de edad se incorporaba a las actividades,

«Cuando se hacían las posadas públicas, ya por ahí del 66, donde quiera que andaba mi abuelo yo me le pegaba. Veía que a la familia Vidargas le pagaban para que hiciera las estrellas, en ese tiempo los niños que cargábamos estrellas nos pagaban un peso y de ahí nació mi devoción de seguirlo a él en sus pasos y en sus tradiciones».

En 1974, cuando tenía 18 años, entró a trabajar en La Fábrica la Aurora y el señor Emilio Ledesma que ya era encargado de la tradición de la Alborada, lo invitó a ser parte de su equipo para hacer y reparar las estrellas.

«Lo que me ha tocado vivir en la tradición de la Alborada fue gracias al «Gordo» Ledesma que me involucró un poco más directamente, después por iniciativa de él, a mí me nombraron presidente de la Comisión de Fiestas».

Salió de La Fábrica en 1990, pero hasta la fecha sigue participando y apoyando al «Gordo» Ledesma. Tiene 56 años participando en la celebración y sigue contando: «Esperamos estar en la próxima Alborada y estamos listos ya para ésta».

Este viernes se le vio junto a su familia trabajando en vestir las 4 estrellas que le encargó Don Emigdio para llevar a la Alborada Grande. Sus hijos y sus nietas también siguen sus pasos, lo cual a él le da mucho gusto y le llena de orgullo porque dice, así no se perderá.

«Ahorita mis nietas ya están pensando qué color poner a la estrella: una quiere de un color, otra de otro, pero estamos ya todos listos. Mi esposa ya nos apoya también porque antes no le gustaba y haciendo sus corajes porque al día siguiente tiene que barrer todo el basurero que queda de papel cortado, resistol de las sillas, etc.».

Don Gerardo García es uno de los herederos de una tradición que toma fuerza y que sus generaciones siguientes retomarán porque son de San Miguel de Allende y esto es suficiente para defender sus creencias, sus tradiciones, su cultura y su tierra.

 

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