Don Zeferino, el maestro que heredó a San Miguel de Allende sus grandes monumentos

Redacción

newssanmiguel@gmail.com

Con información del cronista Luis Felipe Rodríguez (cronistas de san miguel de allende)

 

Don Zeferino Gutiérrez Muñoz, el obrero que amaba construir edificios que más tarde se convertirían en monumentos históricos emblemáticos de San Miguel de Allende, será inmortalizado en una estatua que será colocada en el jardín, cerca de ese edificio que ayudó a reconstruir y que hoy ese símbolo principal de la ciudad.

Su escultura, que un artista de Jalisco está esculpiendo,  esperan esté lista para el mes de septiembre para las fiestas de San Miguel.

Su estatua será de hierro y estará sentado, para ver siempre de frente su máxima obra. Hace unos meses hubo un intento de escultura de don Zeferino, pero tenía varios errores por lo que tuvo que ser devuelta a quien lo construyó.

Y ¿por qué Don Zeferino debe tener una escultura en San Miguel de Allende?  Checa esto:

El cronista de la ciudad, el maestro Luis Felipe Rodríguez, se ha encargado de recopilar la vida y obra de Don Zeferino, el cantero autodidacta, un hombre que nació el 24 de agosto de 1840 en la humilde casa de su padres Pedro Gutiérrez y María Muñoz, un niño que creció y fue aprendiendo del oficio de la albañilería.

Al maestro de la construcción lo reconocemos por trabajar en una de las obras arquitectónicas más impresionantes del Bajío, pero según los estudios realizados por el cronista de la ciudad, no solamente fue esa obra la que dejó a México, sino otras más que todos los días vemos en nuestro caminar por San Miguel de Allende porque aunque sin estudios, era un hombre «observador, analítico, audaz, que soñaba con emular aquellas obras arquitectónicas que le rodeaban», destaca la investigación.

¿Sabías que también dejó otras obras de renombre? pues aquí te va:

Templo de la Saleta, Dolores Hidalgo.

En Dolores Hidalgo: Don Zeferino fue llamado para ser quien se encargara de sustituir el retablo de madera por uno de cantera de estilo neoclásico en el altar mayor de la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores y después levantó el templo de la Saleta de estilo neogótico la que remata con una espléndida cúpula.

Portón de la Ermita:  Uno de sus primeros trabajos en San Miguel de Allende es el Portón de la Ermita, su escalinata y atrio.

Templo del Oratorio: Con el patrocinio de don Isidro Sierra, el padre Mojica, le encargó la construcción del altar de Nuestra Señora de Guadalupe en el Templo del Oratorio, de donde retiró los restos del antiguo retablo barroco y después  levantó el altar mayor.

Templo de las Monjas: Las madres concepcionistas ocuparon su magnífico convento sin estar terminado el templo anexo. Fue Don Zeferino quien, por encargo de su capellán Pedro Sandi Valdovinos, fue levantando el interior del templo que carecía del crucero y presbiterio. Conforme se reunía el dinero suficiente fue tomando la forma que hoy conocemos de las “Monjas” (fuente: Cronistas de San Miguel)

Templo de San Juan de Dios: Paralelamente al trabajo que realiza en el Templo del Oratorio, también iba construyendo el altar mayor del templo de San Juan de Dios.

Parroquia de San Miguel Arcángel: la estructura original de la Parroquia de San Miguel Arcángel presentaba presentaba peligrosas fallas estructurales, por lo que el primer obispo de la Diócesis leonesa don José de Jesús Diez de Sollano y Dávalos decide que se derribe y encarga el nuevo pórtico de la parroquia a don Zeferino, una misión que fue todo un reto por sus proporciones y magnitud, la carencia de materiales adecuados, falta de equipo, ausencia de mano de obra especializada y, por si fuera poco, la falta de dinero.

Pero él venció las dificultades y dejaron para las futuras generaciones de Sanmiguelenses, una obra que ha servido y servirá como símbolo de “grandeza” de San Miguel de Allende.

Mercado Ignacio Ramírez: En 1890 levanta el bello Mercado Ignacio Ramírez, en el espacio que fue el centro de la ciudad hasta los años treinta cuando se cambian las Casas Consistoriales para el lugar que hoy ocupan, el mercado que construyó don Zeferino y que en 1968 fue derribado.

Reloj Público: En 1896 modifica la torre del Reloj público y la ventana superior del templo de San Rafael, conocido como la Santa Escuela de Cristo para armonizarlo al estilo de la fachada parroquial.

Mercado Aldama: En 1901 construye el “Mercado Aldama”, conocido después como el Mercado de Las Flores que más adelante serviría como Centro de Higiene, para llegar al día de hoy como Restaurante.

Templo de Santo Domingo: En 1907 diseña y construye uno de sus mejores altares con la armonía en sus proporciones y buen dibujo del ciprés, el altar mayor del templo de Santo Domingo, antiguo Santuario de la Virgen de Guadalupe.

Don Zeferino construyó una pequeña capilla para que sirviera de tumba para él y su familia: la Capilla de la Virgen de la Saleta en el interior del Templo de la Santa Escuela.

Don Zeferino Gutiérrez murió en plena epidemia de tifoidea y en momentos álgidos de la Revolución el 23 de marzo de 1916. Descanse en paz el maestro de las grandes obras sanmiguelenses.

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