Papás de Celaya y Apaseo tuvieron hoy su prueba más difícil: reconocer el cuerpo de sus hijos

Redacción

newssanmiguel@gmail.com

 

Esta semana, 2 papás tuvieron una de las tareas más difíciles en los últimos días: reconocer a través de una foto que esos muchachos tirados en la calle con huellas de tortura, eran sus hijos.

Uno de ellos tenía impactos en la cabeza, estaba amarrado de sus pies y manos;  dejaron tirado en una esquina de las calles de Celaya. Al segundo muchacho lo abandonaron entre unas ladrilleras de Apaseo el Alto; fue degollado mientras tenía sus manos amarradas.

Uno tenía 30 años y el otro 28. Ambos sus papás reconocieron que les gustaba «el vicio» y a ambos los encontraron muertos.

Según información de la PGJE, el primer papá se presenta en la ciudad de Celaya para identificar  mediante una fotografía​ a la persona que fue encontrada hace 5 días en la esquina de la calle Pino Suárez con avenida 2 de Abril de la colonia El Vergel.

El ​pasado 25 de mayo lo encontraron  maniatado y balazos en su cabeza. Su papá lo reconoció y dijo que era su hijo Mario Alberto Alejo González de 30 años, con domicilio en colonia Barrio de la Resurrección, Celaya​ y que la última vez que lo vio fue el jueves 24 de mayo por la mañana cuando salió de su domicilio diciendo que iba con unos amigos y no lo volvió a ver.

Su papá dijo que Mario se perdía por días, que ya era «normal» y que le gustaba consumir cristal, fumaba tabaco comercial y esporádicamente bebía alcohol.

El segundo caso ocurrió en Apaseo el Alto, cuando un señor identifica a través de fotografías forenses a su hijo Luis Felipe Lara Sánchez, de 28 años, quien se dedicaba a ser jornalero.

A Luis Felipe lo encontraron el pasado 28 de mayo entre las tabiqueras, cerca del basurero​. Estaba decapitado y maniatado.

La última vez que vio a su hijo fue el sábado 26 de mayo a las 2:00 de la tarde cuando arreglaba subicicleta en el patio de su casa. Ahí hablaron de qué podía hacer para componerla y luego se fue. Ya no supo de él. El señor dijo a las autoridades que Luis Felipe consumía marihuana, que fumaba tabaco pero no bebía alcohol,  pero no sabía si su hijo si tenía «vicio» por otras sustancias. EL cuerpo ya está con su familia. Les toca despedirlos.

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