Por «regañar» a sus clientes y por pelear en la calle, los detienen y cumplimentan orden de aprehensión que tenían pendiente

Redacción

newssanmiguel@gmail.com

 

 

Por regañar a la gente que no compraba lo que vendía y otro por andar de peleonero en la calle, 2 hombres fueron detenidos por elementos de Seguridad de San Miguel de Allende quienes al revisar su pasado, descubrieron que ambos tenían una orden de aprehensión pendiente.

El primer detenido se trata de Roberto, un joven de 22 años y originario de Querétaro que este fin de semana, cerca de las 12 del mediodía, ofrecía sus productos en una gasolinera de la salida a Celaya.

Pero Roberto, el comerciante, comenzó a regañar a sus posibles clientes porque no le compraban lo que ofrecía, lo que desencadenó la petición de ayuda de los policías para que lo detuvieran.

Así fue como los oficiales llegaron hasta el lugar, vieron a Roberto, el «comerciante gritón», a quien luego de avisarle que le harían una revisión también se les puso bravo a los policías por lo que cargaron con el marchante a la patrulla.

Una vez que revisaron su pasado, pudieron  verificar que su nombre aparecía en la base de datos de hombres buscados pues contaba con una orden de aprehensión por presunto homicidio en el estado de Querétaro.

El enojo de Roberto lo llevó a la cárcel, no por no alcanzar a vender sus productos, sino porque los ministeriales del estado en que nació, lo andaban buscando desde hace un rato.

EL SEGUNDO caso corresponde a un joven de 21 años de apodo «El Cocú». Este joven era también buscado por las autoridades, acusado de participar hace una semana en una riña   entre «Los Aguilillas» y «Los Tapiceros», y de ser el presunto responsable de herir con arma de fuego a dos personas.

Después de eso, «El Cocú» había logrado esconderse por 7 largos días, pero este fin de semana, durante el mega operativo que implementó la Secretaría de Seguridad por toda la ciudad, vieron otra vez al «Cocú» tirando golpes ahora por el Libramiento Zavala a la altura de Nuevo Pantoja.

Cuando vieron a los chamacos, los policías pararon la pelea y comenzaron a revisarlos hallándole una navajita. Fue entonces que lo subieron a la patrulla y cuando los ministeriales supieron que lo habían llevado, aprovecharon para cumplimentar la orden de aprehensión que tenían en su contra.

En los días santos, «El Cocú»  y el Roberto fueron detenidos; por andar echando pelito y  gritos llamaron la atención de los elementos que al escuchar su nombre, supieron que andaban tras ellos y los entregaron a la Ministerial.

 

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