Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Un 14 de enero del 2017, justo hoy hace 5 años, San Miguel de Allende despertaba entre la incertidumbre.
La carretera a Dolores estaba cerrada desde la medianoche. El fuego cruzado entre los presuntos integrantes de grupos criminales atravesaron la carretera y se perseguían desde la finca propiedad de Cipriano Sánchez, Don Pollo, hasta varios metros a la redonda.
La policía llegó varias horas después porque en San Miguel de Allende NO HABÍA AGENTES ministeriales ni policías municipales suficientes para enfrentar a «los malos». Entonces era director de Policía, Ricardo Benavides. Los estatales llegaron de Celaya, de Comonfort, de Dolores y de otros municipios.
Cuando llegaron entraron por la fuerza, rompieron el portón, pegaron en la pared, dispararon contra el salón de fiestas de al lado, entraron armados con armas largas, con balas que podrían destrozar un cuerpo con sólo tocarlos.
Los equipos tácticos preparados especialmente para seguir a los delincuentes mayores llegaron en sus camiones blindados, que entraron por la fuerza al lugar…
Los policías del Estado, equipados, «preparados», armados «hasta las cachas», NO DETUVIERON A NADIE, no hallaron a ningún hombre armado, no encontraron indicios, no supieron quiénes se balearon, sólo dijeron que se agarraron por horas a balazos pero se les esfumaron cual «fantasmas».
A quienes sí encontraron fue a una familia con 3 niños, su mamá y su papá. Se trataba de la familia Luna, integrada por Toño, Juana, Mateo, Gabriel y Juan, de 4, 8 y 11 años de edad, todos muertos de miedo al ver que llegaban armados «hasta las cachas» y Toño sólo tenía un revolver calibre 22 con 6 balas para enfrentar a todo un equipo táctico.
Al encontrarlos, encerrados en un baño, los tres niños habían sido asesinados. Todos tenían un balazo.
Toño terminó por «echarse la culpa», luego de que el gobierno municipal, al ver que el escándalo trascendió fronteras, trajo (sin aceptar que fueron ellos) al abogado de Luis Miguel, Rafael Heredia, para que defendiera al humilde velador de la finca a quien vincularon a proceso por el asesinato de sus 3 niños.
Rafael Heredia, llevó el caso hasta lograr que Toño ˝aceptara» que fue el asesino de sus propios hijos. Le dieron más de 16 años de prisión y reparación del daño como sentencia.
Desde entonces la duda de qué pasó en el lugar sigue vigente y la presunta creación de un «chivo expiatorio» es lo que se sigue creyendo entre quienes intentaron «apagar» el caso con un abogado de las estrellas donde la familia Luna hasta retiró la queja ante Derechos humanos para que ya no siguieran investigando, para que ya nadie entrara en las entrañas del caso y nadie se diera cuenta de lo que pasó en realidad.
Toño Luna, el papá, «fue el culpable» porque él así lo quiso, porque ya no tenía nada que perder, porque esa noche LO PERDIÓ TODO.
Hoy es su misa a las 7:00 de la noche en el Templo del Oratorio.