El mundo de la fotografía se encuentra de luto tras el fallecimiento del aclamado fotógrafo Sebastião Salgado, un verdadero ícono que ha dejado una huella imborrable en el arte y el activismo social. Con un legado que abarca más de cinco décadas, sus impactantes imágenes han viajado por el mundo, contando historias de la humanidad, naturaleza y las luchas de los olvidados.
Un legado fotográfico extraordinario
Nacido en 1944 en Aimorés, Brasil, Salgado mostró desde joven su conexión con el entorno rural, lo que cultivó en él una paciencia admirable, esencial para captar el instante perfecto a través del lente de su Leica. Su trayectoria comenzó tras abandonar su prometedora carrera en economía, motivado por la adquisición de su primera cámara, un regalo de su esposa Lélia Wanick. Así, dio sus primeros pasos en el mundo de la fotografía, mientras trabajaba en África.
Desde el corazón de África hasta las crisis globales
Con un estilo característico en blanco y negro, Salgado retrató no sólo paisajes impresionantes, sino también la dura realidad de situaciones de crisis como hambrunas, guerras y desplazamientos forzados en más de 40 países. Uno de sus reportajes más célebres fue el de la mina de oro Serra Pelada en Brasil, donde convivió con trabajadores en condiciones extremas, documentando su lucha y dignidad.
A pesar de las críticas que enfrentó por su enfoque visual, él defendía su trabajo como una forma de activismo visual, buscando siempre resaltar la humanidad detrás del sufrimiento. Su serie Éxodos es testimonio de millones de personas desplazadas por diversas causas, una de las cuales fue la pobreza.
Un compromiso con la Tierra y la justicia social
La pasión de Salgado por la fotografía iba de la mano con su amor por la naturaleza, lo que lo llevó a fundar el Instituto Terra. Este proyecto se dedicó a la reforestación de su tierra natal, enfocándose en restaurar la biodiversidad de la región. Su trabajo no solo fue un llamado a la conciencia, sino también una crítica constante a las políticas ambientales perjudiciales, como las del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, que impactaron gravemente la Amazonía.
Con exposiciones como Amazonía, que reflejan siete años de trabajo, Salgado demostró la urgencia de proteger el planeta. La fotografía, para él, era una herramienta poderosa para generar conciencia y cambio.
Un reconocimiento inmenso en el mundo del arte
A lo largo de su vida, Salgado acumularía importantes premios, como el Premio Princesa de Asturias y el galardonado Hasselblad. Su talento también fue reconocido en el documental nominado al Óscar La sal de la tierra, donde su vida y su obra fueron puestas en el centro del debate sobre la condición humana.
Hoy, su legado perdura, recordando a todos que en cualquier rincón del mundo, la humanidad se encuentra unida más allá de las fronteras. Éste es el legado de Sebastião Salgado, un verdadero maestro que utilizó su lente para mostrar al mundo su belleza y fragilidad.