La Calle de Jesús se convierte en un escenario vibrante, reviviendo la magia ancestral que caracteriza el Día de Muertos en San Miguel. En un otoño donde, a pesar de que gran parte del Centro Histórico se presenta menos adornado, los vecinos de esta icónica calle se unen en una celebración colorida y unificada, mostrando su profundo respeto por las tradiciones que han sido pasadas de generación en generación.
Decoraciones de papel picado adornan cada rincón, creando un ambiente acogedor para los locales y turistas que buscan sumergirse en esta rica tradición cultural. La comunidad no solo embellece sus hogares, sino que también honra a sus seres queridos a través de altares y tradiciones donde se destacan elementos esenciales como las flores de San Miguel y las calaveritas artesanales.
Este año, las denominadas velas del recuerdo iluminan la calle, guiando a los espíritus en su viaje de regreso. La atmósfera es mágica, sutilmente impregnada de luz y copal, mientras que los hogares y negocios exhiben orgullosamente su devoción mediante la colocación de ofrendas que incluyen esencias de Jesús y alfeñiques del corazón. Este simbolismo no solo es una muestra de cariño, sino también un recordatorio del ciclo de la vida y la muerte.
La Catrina Encantada, figura emblemática del evento, pasea entre las festividades, simbolizando la conexión entre vivos y muertos. Este ícono acompaña a la comunidad en sus oraciones y recuerdos, resaltando el perfil cultural que define a San Miguel de Allende, reconocido no solo por su belleza arquitectónica, sino también por su historia viva.
El Día de Muertos es una celebración única que atrae a miles de visitantes al destino, y la Calle de Jesús se posiciona como un punto de encuentro esencial. Aquí, la tradición se encuentra con la modernidad, y cada detalle, desde el más simple hasta el más elaborado, está impregnado de amor y respeto. Para quienes buscan una experiencia auténtica, la riqueza cultural de San Miguel se despliega en todo su esplendor, convirtiéndose en un lugar donde la memoria permanece viva.
Visitar la Calle de Jesús durante esta festividad es una invitación a descubrir la esencia misma de la vida y la muerte, una oportunidad para aprender sobre los ritos y celebraciones que definen a México entero. Para aquellos que desean explorar más, San Miguel de Allende brillará en la lista de los 100 imperdibles, mostrando una vez más su compromiso con preservar y celebrar su herencia cultural.








