Redacción
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Este miércoles reconocerán los 7 Tesoros del Patrimonio Cultural de San Miguel de Allende.
Tras el nombramiento del Municipio como Capital Americana de la Cultura 2019, el presidente del Buró, Xavier Tudela Penya, será el encargado de entregar los reconocimientos con la presencia de los Guardianes de la Cultura.
El objetivo de seleccionar dichos tesoros fue promover y divulgar el patrimonio del municipio de manera didáctica, pedagógica y lúdica, así como motivar la visita a los lugares elegidos, además de establecer nuevas rutas turísticas que permitan a los visitantes conocer la riqueza patrimonial de la ciudad.
Cabe recordar que fue a través de la página oficial del Bureau Internacional de Capitales Culturales que se hizo la convocatoria pública para votar y elegir los 7 Tesoros del Patrimonio Cultural de San Miguel de Allende, mismos que tras recibir más de 30 mil votaciones fueron anunciados el 21 de enero junto con la inauguración como Capital Americana de la Cultura 2019.
Tras más de 9 meses de su elección, este miércoles recibirán un reconocimiento los 7 Tesoros del Patrimonio Cultural de San Miguel de Allende:
- PARROQUIA DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL Y SUS TEMPLOS HISTÓRICOS
- La historia de este municipio se encuentra estrechamente vinculada a la Parroquia de San Miguel Arcángel. Entre las décadas de 1560 y 1570, en la frontera de la denominada “Tierra Adentro”, se fundó estratégicamente el curato secular de la Villa de San Miguel el Grande e inició la construcción del primer edificio parroquial.
Esta antigua edificación, originalmente barroca, fue intervenida en su fisionomía exterior e interior y en distintos momentos entre los siglos XVIII, XIX y XX; siendo la obra arquitectónica del maestro Zeferino Gutiérrez la más notable, albañil y vecino de San Miguel que, en un trabajo de 10 años (1880 a 1890) dotó al recinto parroquial del estilo neogótico de inspiración europea que conserva hasta la fecha.
La Parroquia de San Miguel Arcángel es el símbolo indiscutible del patrimonio cultural heredado (tangible e intangible) de la identidad, el arraigo y sentido de pertenencia de los habitantes de esta ciudad, determinante para comprender el ser sanmiguelense y su proyección ante el mundo.
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- 2.- SANTUARIO Y CASA DE EJERCICIOS ESPIRITUALES DE JESÚS NAZARENO DE ATOTONILCO
- El sitio de Atotonilco fue poblado a partir de 1558, en la época de la conquista española, preservando en su región la riqueza de la tradición cultural otomíe. Sus tierras ganaderas y agrícolas fueron dedicadas después de 1740 a la fundación, construcción y sostenimiento del culto del Santuario y Casa de Ejercicios Espirituales de Jesús Nazareno de Atotonilco. Una huella histórica que traduce la obra material, espiritual, religiosa y devocional del oratoriano Luis Felipe Neri de Alfaro, entre San Miguel el Grande (hoy de Allende) y Atotonilco.
Este recinto, conocido en su época como la Jerusalén Indiana y Octava Maravilla del Obispado de Michoacán, es uno de los ejemplos más acabados, complejos y auténticos del Barroco Latinoamericano; además de ser nombrado junto con San Miguel de Allende como Patrimonio Cultural de la Humanidad por su autenticidad, importancia histórica, integridad cultual, valor artístico y estado de conservación.
- 3.- FESTIVIDAD DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL
San Miguel Arcángel es el patrono fundacional y titular de esta región histórica, desde la época de la conquista española. Su festividad, de carácter universal y multicultural, la más antigua y significativa de todas aquellas que ocurren, es por excelencia la del pueblo, la de la raíz cultural, el arraigo y la identidad sanmiguelense.
Ocurre a finales de septiembre y se relaciona de manera alterna con el calendario agrícola, religioso, ritual y ancestral, el cual ha sido respetado a través de sucesivas generaciones como parte de la palabra y del compromiso contraído con la herencia del patrimonio cultural.
A la festividad de San Miguel Arcángel pertenecen dos importantes momentos: La Entrada de los Xúchiles, Ánimas y Danzas, de origen indígena, con la presencia de las mayordomías, comunidades y barrios, que refrendan su vínculo y memoria ancestral, con el ofrecimiento de ceremonias, elementos de cucharilla (Xúchiles o cruceros, ramilletes o custodias y bastones), danzas, copal, música y cantos; y la Alborada, que se realiza desde la década de 1920, para honrar al patrono fundacional en el alba de su fiesta principal, con la recolección de pólvora, la entrada de estrellas de carrizo, madera y papel de china (baluartes del arte popular de San Miguel), y la representación de los barrios de La Aurora, Valle del Maíz y La Estación, quienes han dado forma y sentido a esta importante tradición.
- 4.- FESTIVIDAD DEL SEÑOR DE LA CONQUISTA
EL primer viernes de marzo se celebra tradicionalmente al Santo Cristo de los Conquistadores, Señor del Buen Temporal, una imagen ligera de caña de maíz, papel amate y madera de colorín, tesoro del patrimonio cultural y escultórico de México, y de esta región histórica, en donde reside desde el siglo XVI (1560-1570).
Su festividad está inmersa en ceremonias ancestrales (velaciones), danzas, música, alabanzas, elementos de cucharilla y parandes, que ofrendan los barrios históricos, las comunidades tradicionales y especialmente quienes han resguardado “la palabra, el compromiso y la obligación” para su General y Cristo-Sol.
Entre los cientos de danzantes que concurren a esta significativa celebración, podemos destacar la presencia de los concheros, cuya existencia y memoria colectiva que portan en sus estandartes devocionales, con las consignas de la unión, conformidad y conquista se fortalece a través de generaciones para prevalecer en la historia.
5.- BARRIOS HISTÓRICOS
Los barrios fundacionales e históricos de San Miguel de Allende le han otorgado su ser más profundo y auténtico, su diversidad y riqueza cultural. Entre más de una veintena de barrios que se refieren a lo largo de los tres siglos virreinales podemos destacar a los llamados fundacionales, herederos de la dignidad histórica del Pueblo de Indios de San Miguel de los Chichimecas, primera fundación hispánica de San Miguel (siglo XVI), trasladada de manera estratégica a la ladera del “Monte que Huma” o Cerro de Moctezuma, en la confluencia de las tierras que ocuparon posteriormente los barrios del Chorro, Guadiana (vinculado a los antiguos de la Santa Veracruz y Santa Catarina), Ojo de Agua y Valle del Maíz.
En el siglo XVII, y concretamente a partir del siglo XVIII, se formaron importantes barrios históricos en los linderos de la traza urbana de la villa de San Miguel el Grande, entre los que cabe referir a los del Obraje, Tecolote, San José, La Tenería, Loreto, Calvario, Reboceros, Carnicería Vieja, El Palmar, El Pueblito, San Antonio de la Casa Colorada, Ladrillera, El Cerrito, Mezquital, El Cuerno y San Juan de Dios, entre otros.
Fue entre la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX, a consecuencia de distintos procesos históricos, que se fundaron en las inmediaciones Las Cuevitas, San Rafael, La Estación y La Aurora. En el presente, los barrios fundacionales e históricos sustentan el origen, la memoria e identidad colectiva, el arraigo a la patria chica, los vínculos comunitarios, el carácter festivo y la tradición ancestral que da sentido al patrimonio cultural de la región de San Miguel de Allende.
6.- ZONA ARQUEOLÓGICA CAÑADA DE LA VIRGEN
Situada a 16 kilómetros al suroeste del núcleo urbano de San Miguel de Allende, Cañada de la Virgen es un asentamiento ceremonial y ritual prehispánico enclavado en la frontera norte de Mesoamérica. Extendido a través de 12 hectáreas, refiere un patrón arquitectónico de carácter mesoamericano cuyos principales basamentos se utilizaron para realizar observaciones celestes. Su traza urbana refleja los ciclos cósmicos, a los que se vinculaba la vida de grupos de agricultores, que también practicaron la recolección y la cacería en las regiones semidesérticas aledañas, e intercambiaron con otras regiones mesoamericanas, objetos utilizados en actividades rituales.
El eje de simetría de su patrón arquitectónico está dirigido a las salidas y puestas del Sol y la Luna. Su posición defensiva, desde la que se domina visualmente la cuenca central del río Laja, indica la importancia ritual del lugar. El emplazamiento prehispánico, sobre una meseta rellenada artificialmente y rodeada de cañadas, está relacionado con los cerros que lo circundan, que son al mismo tiempo ejes de planeación urbana y referencias de una geografía cósmica ligada al control del ciclo agrícola. La Cañada de la Virgen se muestra como un gran baluarte y enclave de las culturas milenarias que poblaron esta región nórdica de América.
7.- ARTE POPULAR (LANA Y LATÓN)
Históricamente la región de San Miguel, desde hace casi cinco siglos, desarrolló un gran número de manufacturas “menores”, vinculadas principalmente a la ganadería, agricultura y producción textil, actividades prioritarias a las que se dedicó su antiguo y extenso territorio. Desde la época virreinal, en el transcurso del siglo XIX y durante la primera mitad de siglo XX, la población se dedicó a las diversas actividades que ofrecían una economía diversificada, así como a las llamadas artes “mayores” y “menores”.
En los padrones o censos de distintas épocas se pueden documentar los antecedentes de la riqueza y herencia del arte popular, los oficios tradicionales y examinados, los gremios, además de las economías comunitarias y familiares que prevalecen hasta la actualidad. Los elementos manufacturados con lana y latón, traducen oficios especializados, materiales, procesos creativos, técnicas y diseños propios, heredados a través de una sucesión de generaciones, hoy son por excelencia baluartes del patrimonio cultural de San Miguel de Allende.