En el corazón vibrante de San Miguel de Allende, el Altar Casa Arca se erige como un refugio que conecta tradition y modernidad. Este espacio no solo representa un lugar físico, sino una experiencia que invita a la reflexión sobre la vida y la muerte, poniéndolo en el eje de la tanatología y sus rituales. En 2025, con una superficie de 750 m², Casa Arca se convierte en un punto de encuentro para ceremonias, memoriales y recuerdos que honran la memoria de aquellos que nos han dejado.
Diseño e integración con el entorno
Casa Arca ha sido meticulosamente diseñada para dialogar con la rica arquitectura histórica de San Miguel de Allende. Este espacio atrapa vistas privilegiadas de la Parroquia y diversas cúpulas que datan de los siglos XVIII y XIX, estableciendo así una conexión íntima con el paisaje urbano. El clima desértico de la región ha influenciado sus características arquitectónicas, incluyendo amplios cielos despejados y cambios de luz a lo largo del día, elementos que juegan un rol crucial en la atmósfera del lugar.
Elementos de sostenibilidad y diseño
La estructura emplea un sistema de acero ensamblado que no solo le otorga una ligereza visual, sino que también promueve la ventilación natural. Este diseño incorpora textiles retráctiles que permiten filtrar la luz, favoreciendo una climatización pasiva. El uso del acero en estado natural refuerza la dualidad entre la solidez y la fragilidad, creando un espacio donde lo construido se siente en armonía con lo natural.
La importancia de los materiales
Los materiales elegidos para Casa Arca no son meros elementos decorativos; actúan como protagonistas en la creación del espacio. Los pisos de terrazo y los muros de cal y tadelakt, elaborados por Rodrigo Bear, aportan una textura rica que refleja la luz de formas impresionantes. Esta atención al detalle genera un entorno que invita al confort y la permanencia, donde la interacción entre superficies lisas y rugosas intensifica la experiencia sensorial del visitante.
Un jardín que cuenta historias
El paisaje ha sido diseñado por OCD junto a Nadyeli Quiroz, integrando especies endémicas como agaves y yucas, que se distribuyen entre piedras locales. Este uso consciente de la vegetación no solo embellece el entorno, sino que también establece un vínculo con el ecosistema local, subrayando el compromiso del proyecto con su contexto. En este jardín, los recuerdos de los seres queridos se entrelazan con la naturaleza, creando un espacio sagrado.
Un espacio para rituales y memorias
En Casa Arca, la arquitectura se convierte en el escenario ideal para diversas ceremonias y rituales funerarios. Los muebles y decoraciones, diseñados por Taller Luum, destacan la rica tradición artesanal mexicana, fusionando elementos contemporáneos con el legado cultural. Esta simbiosis otorga al espacio su verdadera identidad, facilitando un diálogo entre el pasado y el presente.
La experiencia del visitante
Los visitantes de Casa Arca no solo buscan un lugar para despedirse; buscan una experiencia envolvente que les conecte con sus recuerdos. En este refugio, la luz natural y los materiales locales crean un ambiente que invita a la introspección. Al caminar por sus pasillos, no solo se siente la arquitectura, sino también la emoción de quienes alguna vez habitaron y celebraron su vida en este espacio. La dinámica entre la arquitectura y el entorno invita a cada visitante a forjar su propia conexión con la memoria.
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Un futuro iluminado por la reflexión
Altar Casa Arca simboliza mucho más que una estructura física; representa un descubrimiento en el ámbito de la tanatología. Este lugar se convierte en un homenaje a las vidas pasadas, mientras que a su vez abraza un futuro en que el respeto y la memoria de nuestros seres queridos coexisten en un ambiente de paz y serenidad. Aquí, los rituales y ceremonias encuentran un hogar, haciendo de Casa Arca un faro de esperanza y conexión para todos.