México se encuentra en un momento crítico, donde sus problemas estructurales persisten y la dirección futura del país parece más incierta que nunca. El ámbito público actual muestra una alarmante falta de claridad sobre cómo el país puede enfrentar no solo los desafíos inmediatos de la coyuntura internacional, sino también las carencias profundas que han limitado su desarrollo. En este sentido, al igual que lo planteó Ortega y Gasset hace un siglo, la urgencia de la situación exige ante todo “claridad, claridad”.
La búsqueda de claridad en el futuro de México
Actualmente, la discusión mediática y política se encuentra atrapada en un ciclo de reacciones ante crisis inmediatas como la corrupción, la violencia y la polarización social. Sin embargo, para avanzar, es vital apartarse de esta mentalidad reactiva y comenzar a trazar un camino claro hacia el futuro, que considere objetivos específicos y medibles. ¿Cómo puede México recuperar el rumbo y aspirar a un crecimiento sostenible que beneficie a su población?
El estado de derecho como fundamento de la recuperación
Una de las principales barreras que enfrenta el país es la erosión del Estado de derecho, que debe ser un pilar para garantizar la seguridad jurídica de los ciudadanos y las empresas. Hasta 2023, el gobierno federal reportó más de 500 expropiaciones, afectando tanto a inversionistas locales como internacionales. Esto genera una atmósfera de desconfianza que obstaculiza la inversión necesaria para el crecimiento.
Transformación económica y el papel de la competitividad
El acuerdo de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá ha sido un motor importante para la economía, transformando su estructura industrial. Sin embargo, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita ha sido casi nulo en los últimos cinco años, resultado de la ineficiencia en la inversión y la mala gestión del gasto público. Las proyecciones económicas actuales indican que el país podría enfrentar otro sexenio perdido, a menos que se implementen cambios significativos.
La necesidad de innovación y talento
Para salir de esta trampa de mediocridad, es imperativo fomentar una economía más innovadora y productiva. Actualmente, se estima que el 70% de las empresas en México enfrenta dificultades para encontrar el talento adecuado en sectores como tecnologías de la información y manufactura. Esta brecha entre la formación académica y las necesidades del mercado laboral es un síntoma claro de un sistema educativo que no se alinea con la realidad del empleo hoy en día.
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Retos y oportunidades en el contexto actual
En medio de la incertidumbre económica a nivel global, México tiene la oportunidad de redefinir su lugar en el mundo. Empresas como Cemex y Grupo Bimbo han demostrado que se puede innovar, pero se necesita un marco legal claro que apoye estas iniciativas. La claridad en las políticas públicas será esencial para atraer nuevamente la inversión nacional y extranjera, además de fortalecer la confianza en el mercado.
El papel del gobierno en la estructuración de un futuro brillante
El gobierno, más que unas simples intenciones de realizar reformas, debe actuar con decisión y responsabilidad. Las promesas de bienestar y subsidios como el “frijolito” no sustituirán la necesidad de crear un entorno propicio para la inversión. Es imperativo que la administración actual se comprometa a establecer acciones concretas que garanticen la transparencia y la equidad en la gestión de recursos, priorizando siempre el desarrollo sostenible y el bienestar de sus ciudadanos.
La dualidad entre la necesidad de acción inmediata y la visión a largo plazo será clave para que México no solo sobreviva, sino que prospere en estas aguas turbulentas. La falta de claridad y dirección puede llevarnos a una aceptación fatalista de la mediocridad como nueva norma.