Redacción
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GUANAJUATO.- El pasado jueves 14 de noviembre, el juzgado del Poder Judicial de la Federación en San Miguel de Allende fue escenario de un episodio digno de una tragicomedia mexicana.
El alcalde Mauricio Trejo Pureco, el exsecretario de Seguridad Gabriel Arturo Yáñez Saldaña, y el jefe de Tránsito Jorge Salas Luna, estrenaron sus dotes actorales en el “banquillo de los acusados”, enfrentando cargos por los delitos de desacato.
Pero ¿Qué es un desacato?, la respuesta es:
- El desacato no es otra cosa que el incumplimiento de una orden proferida por un juez y contenida ya sea en una sentencia o en cualquier providencia dictada en ejercicio de sus funciones y con ocasión del trámite de una acción de tutela.
- PRIMER ACTO: Llegada en modo VIP
Trejo Pureco llegó como si fuera una alfombra roja del Festival de Cannes, acompañado de un séquito de SIETE abogados, entre ellos Pablo González Sierra y Juan Arredondo, quienes, casualmente, están contratados con dinero público por hasta $8 millones cada uno .
Ya empezada la audiencia y tarde, llego un abogado de edad, de León, Guanajuato, llamado Paulino Lorea, quien all llegar tarde, le tuvieron que pedir una silla para que se sentara.
Tras estos tres abogados que solo estaban por Mauricio Trejo, había otros 4 abogados asistentes.
Así pues, entre Trejo, Salas y Yañez, dieron un total de 9 abogados, donde solo uno asistía a Salas y otro a Yañez, el resto eran del alcalde Trejo.
Cuando todo empezó y los imputados Trejo , Salas y Yañez escuchaban los procesos, Trejo jugaba nerviosamente con un marcador, juntaba los dedos como rezando y parpadeaba a velocidad récord, tal vez contando cuántos millones costaba cada pestañeo de sus abogados.
Gabriel Arturo Yáñez Saldaña, exsecretario de Seguridad que «renunció por enfermedad» (guiño😘, guiño😘), llegó con su abogado, José Luis Aguilera Villanueva. Según rumores y lo que dijo a sus ex compañeros, la única enfermedad que tiene Yáñez era una sobredosis de aguantar al alcalde.
Y finalmente, Jorge Salas Luna, el jefe de Tránsito con denuncias pendientes por acoso y abuso de autoridad (que curiosamente están archivadas), llegó acompañado de su abogado José de Jesús Valle Ortiz.
- SEGUNDO ACTO: La audiencia que no fue audiencia**
La sesión duró casi cuatro horas, pero el juez Andrade, una figura que parecía más interesada en la comodidad de los acusados que en las víctimas, decidió que «no había suficientes pruebas» para vincularlos a proceso. Eso sí, no faltó la ironía de su constante sonrisa y el detalle de que su mirada nunca se dirigió hacia los afectados. ¿Casualidad o causalidad?
Por si fuera poco, los abogados de Trejo intentaron pedirle al juez que prohibiera a la prensa hablar del caso. La respuesta del juez fue una joya: “Eso no está en mis facultades, yo no puedo decirles nada”.
- Acto 3: Lo que realmente está en juego
¿De qué se les acusa? De no obedecer órdenes federales que permitían a ciertos tranvías turísticos operar legalmente, usando en cambio la fuerza pública para hostigar a un empresario. Básicamente, armaron su propia dictadura local con agentes de tránsito como soldados.
¿Qué es una audiencia de vinculación?
En el mundo real (no en esta parodia judicial mexicana), una audiencia de vinculación a proceso es donde el juez analiza si hay elementos suficientes para iniciar un juicio formal contra los acusados. Aquí, aunque el delito de desacato estaba más que evidente, el juez decidió hacer como que no vio.
¿Y ahora qué sigue?
Aunque el proceso sigue, la audiencia fue un recordatorio de cómo algunos políticos pueden «perdonarse» sin miramientos, también es importante hacer saber que eludir la justicia con una combinación de abogados costosos, contactos estratégicos, pago de voluntades con dinero del erario y una buena dosis de «suerte», tambien pueden liberarte de cualquier proceso y hasta «perdonarte» tus delitos .
Pero, como dicen, «el show debe continuar».
Conclusión: La justicia, como siempre, va por la vida aplicando la máxima de “al cliente lo que pida” o el quién da más...
