La semana 1 de la NFL 2025 será recordada como el momento del renacimiento de Aaron Rodgers, quien, con un uniforme de los Pittsburgh Steelers, volvió a Nueva York para enfrentar a los Jets, el equipo que había dejado atrás tras una montaña rusa de emociones. Este retorno se sintió como un capítulo de una película, con el guion perfecto para un espectáculo de fútbol americano al más alto nivel.
Un inicio lleno de tensión en el MetLife Stadium
Desde el primer instante, el MetLife Stadium estaba cargado de una atmósfera electrizante. Los abucheos de la afición local resonaron cuando el veterano quarterback pisó el campo para la primera vez vestido de negro y dorado. Rodgers, a sus 41 años, enfrentaba el reto de demostrar que todavía tenía mucho que ofrecer en la NFL, y aunque su primer snap terminó con una captura por parte de Quinnen Williams, no tardó en mostrar su calidad.
Una serie magistral le permitió a Rodgers conectar un pase de touchdown de 22 yardas a Ben Skowronek, estableciendo un tono optimista para su equipo en un partido que se tornaría emocionante y lleno de cambios. Con un total de 244 yardas y completando 22 de 30 pases, Rodgers dejó claro que aún podía ser decisivo en el campo.
Un partido de altibajos
El duelo entre los Steelers y los Jets fue un constante tira y afloja. Justin Fields, también en búsqueda de demostrar su valía, se mostró igualmente formidable, acumulando 218 yardas, un pase de touchdown y dos touchdowns por tierra. En un momento crítico, Fields logró llevar a los Jets a la ventaja con una jugada espectacular, poniendo el marcador en 32-31 a favor del equipo local.
Sin embargo, la victoria no estaba asegurada para los Jets. La conversión de dos puntos fallida dejó abierta la puerta a los Steelers. Una vez más, la experiencia de Rodgers brilló en el momento crucial del encuentro.
El cierre dramático
Con el tiempo en contra, el quarterback llevó a los Steelers hasta la yarda 42 de su adversario. En un arriesgado movimiento, Mike Tomlin decidió confiar en Chris Boswell para un gol de campo de 60 yardas. El pateador respondió a la presión con un tiro impecable, dándole a Pittsburgh una ventaja de 34-32 con apenas 63 segundos restantes en el reloj.
La victoria y la revancha personal
La última oportunidad llegó para los Jets, donde Fields buscó a Garrett Wilson, pero un impresionante golpe de Jalen Ramsey le permitió a los Steelers asegurar la victoria. Rodgers, con su capacidad para manejar la presión, no tuvo más que arrodillarse para sellar el triunfo que, sin duda, llevaba los matices de una venganza personal. La actuación del mariscal no solo demostró su habilidad, sino que también validó la apuesta de los Steelers al confiar en él.
Con este emocionante debut que terminó en una victoria 34-32 para los Steelers, Rodgers dejó claro que Nueva York aún tenía mucho que ofrecerle y que, aunque los abucheos lo esperaban de regreso, su sonrisa tras el partido demostró a todos que había silencioso a sus críticos con una actuación memorable.
