Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Hoy despedimos con profundo dolor a Ariel Díaz López, un activista sanmiguelense cuyo corazón y alma estuvieron siempre al servicio de los demás. Ariel no solo vivió buscando causas justas, sino que las encontró y las convirtió en su razón de ser, siempre luchando por un mundo más humano y solidario.
En cada batalla que emprendía, Ariel ponía todo su empeño para cambiar la vida de alguien.
Su pasión por ayudar a los migrantes mexicanos deportados fue un reflejo de su amor incondicional por México y su gente. Ariel se encargaba de que aquellos que regresaban al país volvieran a conectarse con sus raíces, sintieran el calor de su tierra y redescubrieran el amor por México.
Su sonrisa constante era testigo de la satisfacción que le brindaba cada pequeña gran acción en su activismo diario.
Lamentablemente, la vida de Ariel fue arrebatada de manera trágica en un accidente vial, cuando un auto lo golpeó junto con la moto que tripulaba. Un momento desgarrador que nos privó de un hombre que todavía tenía mucho que entregarnos, tanto a su familia como a su comunidad.
Ariel no necesitaba de grandes palabras, sus acciones hablaban por él.
Su activismo era casi silencioso, pero resonaba profundamente entre aquellos que lo conocieron y compartieron su camino. Los sanmiguelenses lo vieron luchar con un corazón generoso, y su familia fue el centro de su universo, la fuente de su fortaleza y alegría.
Hoy, su ausencia deja un vacío inmenso en todos aquellos que lo amaron y admiraron. Ariel, que tu luz continúe brillando en el cielo como la estrella que siempre fuiste para nosotros.
Descansa en paz, amigo. Que la familia encuentre pronta resignación en medio de este dolor tan profundo.
