Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Anoche, en la calle Juan de Umarán, el destino alcanzó a Mario Eduardo “N”, alias “El Cata”, quien fue asesinado a balazos pero no era la primera vez que su cuerpo recibía una bala.
Tres años antes él fue el blanco de otro ataque que dejó 4 muertos en el mismo lugar, entre ellos su papá Don Reyes, donde solo dejaron vivo a un niño de 8 años que pidió clemencia por su vida.
Fue en esta noche de la Alborada, una celebración que quedó marcada por la tradición, pero también por la tragedia.
En septiembre de 2021, la balacera que iba dirigida contra «El Cata» terminó por arrebatar la vida a tres miembros de una familia de pepenadores y su padre, quienes quedaron atrapados en el fuego cruzado. Esa noche, Mario “El Cata” logró sobrevivir, aunque con varias secuelas que lo acompañaron durante tres años.
Los testigos de aquella fatídica noche de septiembre de 2021 recuerdan cómo, en un acto desesperado, Don Reyes fue utilizado por «El Cata» como escudo humano para tratar de evitar que las balas lo alcanzaran. La decisión de aquel instante dejó una marca imborrable en la memoria de los vecinos, que vieron cómo la violencia terminó con cuatro vidas inocentes mientras «El Cata», sobrevivía al ataque.
Desde entonces, Mario, de 45 años, regresó a la casa de su padre en la misma calle donde ocurrió la primera agresión.
Sin embargo, anoche ya no hubo nada ni nadie para cubrirlo del ataque. Los hombres armados lo buscaron nuevamente, y esta vez, la muerte lo encontró sin oportunidad de escapar.
Fiscalía del Estado, en su reporte diario, identificó a la víctima de las balas como Mario Eduardo «El Cata» como quien fue ejecutado, cumpliéndose lo que parecía un trágico desenlace inevitable.
El suceso de anoche en Juan de Umarán vuelve a teñir de sangre esta calle, en la que el eco de las balas ya había dejado huella tres años antes. La violencia, que en 2021 segó la vida de cuatro personas inocentes, finalmente encontró a quien había sido su objetivo original, cerrando un ciclo de tragedia que ha marcado a la comunidad.
La policía continúa investigando el caso, mientras que los vecinos, atemorizados, temen que la violencia no haya terminado, a pesar de que esta vez “El Cata” ya no estará en medio de los disparos.
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