Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- En un hecho que ha generado indignación entre la comunidad , padres de familia denunciaron que Martha Ramírez, una empleada del municipio, convertida ahora en «cadenera» del Centro Cultural Juani Torres Landa, prohibió ayer la entrada a varios niños a los talleres ofrecidos en el lugar.
La razón de la señora que presume ser «protegida» del alcalde Mauricio Trejo: «No pueden entrar porque sus papás son de otro partido».
Martha Ramírez, conocida el gobierno municipal porque haber ocupado varios puestos dentro del mundo Godín sin poder permanecer mucho tiempo en ninguno, y quien ha declarado abiertamente que «ella es fiel a Mauricio Trejo porque él le construyó su casa», ha sido señalada por padres de familia por utilizar su posición para discriminar a los pequeños basándose en las preferencias políticas de sus padres.
«Esta señora, que estaba con otro muchacho, le negó la entrada a nuestros hijos que porque a nosotros (los padres) nos vio con otro partido», comentó una madre de familia que lleva a su hijo desde hace más de 6 meses.
Pero ella no es la única, otros 3 papás hicieron la misma denuncia.
MARTHA, LA «PROTEGIDA»
Según Transparencia, la empleada municipal, Martha Ramírez recibe del Municipio (además de la casa que presume le construyó el alcalde Mauricio Trejo), un sueldo mensual de casi $16,000 pesos al mes y la tienen entrada en la nómina de Atención Ciudadana.
Durante la campaña, a pesar de ser servidora pública, se le vio realizando proselitismo y el día de la elección, estuvo todo el día afuera de una casilla del IECA, argumentando que su hijo, miembro activo del partido Verde (auspiciado por Trejo) y empleado de Ecología, «era representante de casilla».
Fotos: Compartidas por la empleda pública Martha Ramírez en sus redes sociales públicas
Este incidente ha generado una ola de inconformidad entre los padres de familia, quienes se preguntan cómo es posible que una empleada con «ínfulas y 5 minutos de poder» se sienta con la autoridad para negar a unos niños la entrada a un Centro Cultural que debería estar abierto para todos los niños de San Miguel de Allende. La acción de Ramírez ha sido interpretada como una muestra de favoritismo y abuso de poder, afectando directamente a los menores interesados en participar en los talleres culturales.
Los padres afectados esperan una respuesta y solución por parte de las autoridades municipales, ya que consideran inaceptable que se utilicen motivos políticos para discriminar a los niños y limitar su acceso a la cultura y educación. La comunidad está atenta a las medidas que se tomen para evitar que situaciones como esta se repitan.