Redacción
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Mañana lunes comienza la segunda intervención de la emblemática Parroquia de San Miguel Arcángel, e lugar que resguarda al Santo Patrono de San Miguel de Allende.
La intervención comienza justo dos días después de que la parroquia fuera el escenario de la proyección del Día Rosa, por el día Internacional del Cáncer de Mama y cuando un hombre realizara un acto de malabarismo y equilibrio sobre un alambre que sujetaron de la Parroquia al Reloj Monumental de la Ciudad.
Según un boletín del Municipio, la obra consiste en rehabilitar el inmueble 2 intervenir 2 cúpulas de la Parroquia -la del siglo XVII (que es la de color rojo) y la del siglo XVIII (el camarín de la Virgen). La obra a rehabilitar es de 280 metros cuadrados en las bóvedas y la nave principal. Esto tendrá una inversión de 1 millón 600 mil pesos.
La obra arrancará este lunes 21 de octubre y terminará en diciembre y realizarán:
- desinfecciones
- impermeabilizado
- retiro de una instalación eléctrica en desuso
- rehabilitación de los entortados y salas laterales, en donde también hay problemas generados por palomas.
De la misma forma, la cúpula del siglo XVIII, que es el camarín de la Virgen y que se observa al caminar por la calle de Aldama, registra grandes problemas en su interior, ya que es uno de los pocos cielos que permanecen en el inmueble con su pintura decorativa original, la cual se encuentra sumamente degradada, con descamaciones, capas pictóricas en riesgo y aplanados a punto de venirse abajo por la humedad de los techos.
Este trabajo que cuenta con todas las licencias y permisos del gobierno federal a través del INAH que coordinará un equipo de restauradores locales especializados en el tema de pintura mural.
La Parroquia de San Miguel Arcángel permanecerá abierta, será necesario montar un andamiaje especial al interior, así como un tapanco a nivel cupular.
Claudia Escalante, coordinadora del equipo de restauración, detalló que el daño es considerable, principalmente en las cúpulas donde hay desprendimientos.
«Incluso si las tocas se siente desprendido y al estar así, con el agua de lluvia, entra la humedad y se aloja en la piedra que prácticamente se vuelve una esponja. Eso es lo que genera la degradación en los interiores”, explicó.
Hace más de 15 años se realizó una primera intervención en la Parroquia de San Miguel Arcángel.
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