Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Carmen es sanmiguelense y un día planeó que subiría a uno de esos tranvías para saber qué es lo que le cuentan a los turistas sobre San Miguel de Allende.
El día llegó y aquí nos narra lo que le ocurrió en el mismo recorrido que hacen los turistas por la ciudad, acompañados de un «guía» que los lleva a comprar los dulces que traen de San Juan de los Lagos y hasta mezcal de Dolores Hidalgo CIN.
Va su relato:
«Soy Carmen, nacida en San Miguel de Allende. Desde hace tiempo me daba curiosidad subirme a los tranvias para conocer un poco más de mi pueblo, pero después de haberlo hecho estoy decepcionada, enojada y molesta de cómo el guía (omitiré su nombre), no sabe nada de la ciudad.
«El San Miguel que venden no es para nada ese pueblo que me contaban mis abuelos, te mencionan muchas cosas que ni al caso con la verdadera historia de San Miguel, dejando de lado las tradiciones.
«Al llegar al Mirador me quedé impactada de la ‘mafia’ que tienen los comerciantes de ahí, donde echan de menos lo típico de San Miguel. Me conmovió ver cómo la artesanía de San Miguel, que es parte representativa de la ciudad, no se le toma en cuenta, cosa que el guía ni siquiera conoce, ya que me comentó que la artesaní no era hecha aquí y la traían de muchos lados.
«Es triste ver cómo a la gente la manejan como ‘borregos’ y la meten a negocios para ofrecerles productos que no son típicos de aquí, como dulces traídos de San Juan de los Lagos, mezcal de Dolores Hidalgo y unos supuestos jarritos que dicen son ‘típicos'».
«En fin, es triste ver cómo San Miguel lo están deteriorando y pierde su identidad en manos de propios sanmiguelenses, aprovechándose para hacer negocio.
«Y eso no es todo, me quedé todavía más sorprendida, porque al investigar más sobre los tranvías, me di cuenta que son de empresas privadas que además de deteriorar las calles, perturbar el tráfico por las grandes dimensiones y deteriorar la historia, hacen negocio a raíz del turismo y contando lo que no es.
«La reflexion es que se están acabando a San Miguel, lo típico de este bonito pueblo se está perdiendo; hoy sus tradiciones, artesanías e historia la «traen de fuera» dejando a un lado aquel San Miguel nuestro, que reconicieron en el mundo por todo lo que conservaba y cuidaba.
«A San Miguel de Allende le han quitado la esencia de lo que generaciones atrás han logrado para que gente sin conocimientos venga a deteriorar lo esencial de mi pueblo. Ojalá las autoridades del Turismo puedan poner un alto y chequen lo que está pasando en el ámbito turístico, con especial énfasis en los tranvías, ya que es el primer contacto directo que tiene el turista. Gracias».
Hice lo mismo pero en varias ocasiones y con distinto «guía» y cada vez eran diferentes las mentiras y barbaridades que platicó. Chismes. Mal muy mal.