Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- Tras un prolongado padecimiento que afectó gradualmente su capacidad perceptiva, el pasado miércoles 14 de agosto falleció nuestro querido amigo Luis Felipe Nieto Gamiño.
Esta semana despedimos al arqueólogo Luis Felipe, un guerrero incansable en la defensa de nuestra historia y patrimonio. Luis Felipe no solo fue un arqueólogo, fue un guardián de la Cañada de la Virgen, un lugar que amó y protegió con todas sus fuerzas.
Con una pasión que trascendía el tiempo, luchó para preservar las raíces de nuestra cultura, enfrentándose a quienes buscaban aprovecharse de lo que nos pertenece a todos.
Su batalla por la Cañada de la Virgen fue la de un hombre comprometido con la verdad y la justicia. Aunque su lucha fue arrebatada por intereses ajenos y poderosos, su legado permanece. Luis Felipe nos enseñó que la historia no solo se estudia, se defiende, y que el amor por nuestra tierra no tiene límites.
Hijo de San Miguel de Allende, desde muy joven se interesó por la historia y de manera especial por el conocimiento de los pueblos mesoamericanos que habitaron nuestras tierras muchos años antes de la invasión española.
Tras obtener el título profesional en Arqueología en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, volcó su talento y su pasión en el conocimiento arqueológico de nuestra región, la cual recorrió ampliamente.
En su calidad de investigador del INAH, configuró el en los años 80 el Atlas Arqueológico de Guanajuato, publicó diversos artículos y entabló una fructífera relación con renombrados historiadores y arqueólogos del país.
Cabe resaltar el papel principal que tuvo Luis Felipe en la creación del Museo Histórico Casa de Allende, el cual impulsó como director, y en la asociación de Amigos del Museo, así como en la defensa del patrimonio cultural de nuestra ciudad.
Pero fue claramente la arqueología su gran pasión, la cual se volcó en los primeros trabajos de exploración y restauración de la zona arqueológica Cañada de la Virgen, la cual se hallaba en el abandono.
En este extenso trabajo asignado por el INAH contó con la valiosa colaboración de Don Patterson, investigador residente en San Miguel.
Fueron más de diez años de actividad continua, profesional e incansable que aportó datos insospechados para la historia de Mesoamérica.
Lamentablemente, este magnífico trabajo al cual se entregaron Luis Felipe Nieto y Don Patterson fue itruncado en forma absurda y arbitraria al final de los años 90, debido a los intereses de los nuevos dueños de la propiedad donde se ubican las pirámides, coludidos con funcionarios del INAH y el gobernador Vicente Fox.
Fue un muy duro golpe para ambos investigadores, del cual Luis Felipe realmente nunca más pudo sobreponerse, pues Cañada de la Virgen fue la gran pasión de su vida.
Nos despedimos de él con gratitud y admiración, sabiendo que su espíritu sigue vivo en cada piedra, en cada rincón de la Cañada de la Virgen. Gracias, Luis Felipe, por tu valentía, tu dedicación y por recordarnos que el pasado es la base sobre la cual construimos nuestro futuro. Descansa en paz, defensor de nuestra herencia.
Acompañamos en el duelo a Rosa, su amorosa esposa y compañera de vida, así como a sus hermanos que le sobreviven.