Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE. – El Museo Histórico Casa de Allende acaba de incorporar a sus acervos una colección de más de dos mil piezas arqueológicas, la cual cuenta el devenir de esta región del Bajío mexicano en época prehispánica, y que en verano próximo será el eje de la sala permanente: “Izcuinapan”, vocablo nahua que significa “agua de perros”, nombre dado en el siglo XVI al primer asentamiento indígena de San Miguel.
La creación de la nueva sala de arqueología regional, así como de un centro de investigación y un repositorio en este recinto, a partir de la adhesión de este corpus de más de dos mil piezas, fue dada a conocer en conferencia de prensa. Se trata del retorno a San Miguel de Allende de una colección particular que, tras su entrega, al Instituto Nacional de Antropología e Historia(INAH), en 1972, se dispersó en distintos museos.
Esta reintegración es resultado de la colaboración entre el Museo Histórico Casa de Allende, Amigos del Museo AC, y las diferentes áreas técnicas del instituto, señaló la titular del Centro INAH Guanajuato, Olga Adriana Hernández Flores, quien estuvo acompañada por la directora de este espacio museístico, Patricia Guerra Vallejo; del fundador de la asociación civil, César Arias de la Canal, y del co-coordinador del proyecto, Alberto Aveleyra Talamantes.
La colección fue integrada por Miguel Malo Zozaya, personaje oriundo de San Miguel de Allende, entre las décadas de 1950 y 1960, años previos a la entrada en vigor de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, en 1972. Su importancia, radica en que el grueso de los objetos proviene de asentamientos prehispánicos cercanos a esta población.
De acuerdo con el maestro Alberto Aveleyra, coordinador académico del proyecto, la colección supera los dos millares de piezas, y alrededor de 90% se encontraba en el Museo Exconvento Agustino de San Pedro y San Pablo, en Yuriria, Guanajuato, desde donde fueron custodiados por la Guardia Nacional para su traslado, considerando que son bienes de la nación.
El proyecto de investigación, el cual busca “descolonizar la historia de San Miguel de Allende”, ha dado pasos para determinar las distintas procedencias de la colección y sus temporalidades, demostrando el desarrollo cultural de la cuenca central del río Laja en más de mil 500 años, cuatro siglos antes de la era cristiana y el primer milenio de nuestro tiempo.
Un lote, el de mayor antigüedad, corresponde a cerámica de estilo chupícuaro que abarca de 400 a 100 a.C., y proviene de sitios arqueológicos de la zona de Salamanca y Acámbaro. Otros materiales datan de 0 a 420 d.C., y hacen referencia a los orígenes de la civilización en esta región, cuando se asentaron grupos domesticadores del maíz y otras plantas de herencia mesoamericana, según se ha descubierto en sitios como el denominado Morales.
“Sin embargo, el grueso de la colección procede de sitios próximos a San Miguel de Allende que se desarrollaron entre 540 y 1050 d.C., localizados en las comunidades de Tierra Blanca y Cruz del Palmar, por mencionar algunos, la zona arqueológica Cañada de la Virgen y Agua Espinosa. Este acervo representa el apogeo de los pueblos indígenas en esta zona.
“Desde que los arqueólogos llegaron a investigar esta región fronteriza de Mesoamérica, sus inquietudes se han centrado en comprender la relación que existió entre la cultura del río Laja y la tolteca, es decir, de Tula, Hidalgo. El estudio de esta colección que se incorpora al Museo Histórico Casa de Allende intentará dar respuesta a esas preguntas, cotejándola con las investigaciones más actuales”, explicó Aveleyra Talamantes.
Con la asesoría del museógrafo del INAH, Marco Barrera Bassols, en la nueva sala de arqueología regional se desplegará un discurso que tratará estos orígenes remotos a partir de 200 piezas arqueológicas, deteniéndose en la iconografía de las mismas. Aunque destacan exquisitas obras cerámicas, también sobresalen materiales líticos de obsidiana y piedra azul-verde, cuyo análisis servirá para conocer las redes de intercambio que mantuvo la región del río Laja con áreas culturales lejanas.
En todo caso, concluyó, el proyecto Izcuinapan busca fortalecer los estudios realizados por investigadores del INAH en las últimas cuatro décadas, de manera que esta iniciativa, “con su sala de arqueología y su gabinete plantea un nuevo porvenir para el Museo Histórico Casa de Allende como centro de investigación y no solo como espacio de divulgación de patrimonio histórico de esta ciudad”.
Miguel Malo Zozaya
Nacido el 22 de diciembre de 1906, en San Miguel de Allende, Miguel Malo Zozaya dedicó buena parte de su vida al magisterio y fue director fundador del Centro Cultural Ignacio Ramírez “El Nigromante”, dependiente del Instituto Nacional de Bellas y Literatura, cargo que ocupó desde 1962 hasta su muerte. Además, fue miembro de varias instituciones de estudios históricos como el Seminario de Cultura Mexicana.
Información: INAH