#Historia Un «cachito» de humanidad puede hacer volver a casa a un niño perdido

Redacción

Newssanmiguel@gmail.com

 

Cuando ves una Alerta Ámber ¿qué haces? Hay quienes sólo la pasan, otros más que las leen, unos más que las compartes y retuitean, pero además de ese recursos, hay otros más: la vida en las calles.

Aquí te va una historia verdadera, que vivió la hermana de Guillermo Guerrero, blogger de idosdelamente.com, dándonos una razón más del por qué el humanizarnos, que ver a un niño o menor asustado, llorando o al lado de alguien que pareciera extraño, siempre es una alerta de que algo hay qué  hacer.

Ahí te va, y te apostamos que después de leer esta historia que ocurrió en la CDMX y nos hará ver que necesitamos un poco más de compasión, más humanidad … y compartir:

«Voy a contar lo siguiente, apelando a su humanidad. Acaba bien, no se preocupen:

«Mi hermana Coral iba caminando hace rato con su amiga Gaby cuando vio, cerca de la casa, a un niño de secundaria llorando desconsoladamente en una jardinera:

  • – ¿Estás bien? -dijo Coral
  • – Sí
  • – ¿Seguro?
  • – Sí
  • – ¿Vives por aquí?
  • – Sí

Coral no se quedó muy convencida. Eran las 9:30 de la noche. Me mandó mensaje, yo regresaba del radio:

  • – Oye, acompáñame porque vi un niño llorando en el Multifamiliar
  • – Órale

Pasamos y el niño seguía ahí. Le dije:

  •  Qué onda, qué te pasa
  • – Nada
  • – ¿Estás perdido?
  • – *Asintió con la cabeza*
  • – ¿Te asaltaron?
  • – *Asintió*
  • – Jmmmm. Pues vente para la casa, vivimos cerca

«Le sacamos algo de plática. Le llamaré Mario. Nos dimos cuenta que un tipo lo asaltó, lo manoseó, él corrió, se subió al metro –desde el centro de la ciudad hasta donde vivo, al sur–, vagó durante horas y fue a parar cerca de la casa. Estuvo fuera todo el día, solo había comido su torta y una manzana. También nos dimos que tenía problemas de lenguaje y alguna cosa de espectro autista, aunque tal vez era Asperger. Tenía una pulserita de reconocimiento de metal, con sus datos.

«Ya llegamos a la casa y le dimos sándwiches de cenar. Llamé a su casa, me contestó su tío:

  • – Señor, mire, me llamo Guillermo, tenemos a un niño que está perdido
  • – ¿ESTÁ BIEN?
  • – Sí señor, está bien. Lo tenemos seguro, no se apure. Se llama Mario, me dio este número

«Le di la dirección de la casa y mientras llegaba platicamos con el chavito. Hoy (martes) es su cumpleaños 15. Maldita sea, pinche coraje.

«Al poco rato llegó su tío, una prima y dos familiares más. Subieron al depa y se abrazaron fuerte. Les di un cuarto para que platicaran a gusto.

«Su prima nos contó que llevaban todo el día buscándolo. Como Mario tiene ciertos problemas, ellos pensaban que estaba vagando en las estaciones del metro.

«En la mañana su papá lo dejó a una calle de la escuela secundaria y en esa callecita fue cuando lo atacó el tipo. A una calle de su escuela. Desgraciado. Ya habían lanzado la Alerta Amber, estaban en el Ministerio, organizaron brigadas para buscarlo por todas las estaciones del metro, preguntaron a todos sus compañeros de la escuela, etc.

«Estábamos platicando cuando llegó su mamá, papá, tía, primos y no sé quién más. A solas les recomendé que lo trataran bien con mucho amor, que estaba asustado y que seguramente requeriría algo de terapia. Coral se ofreció a dársela. Esto ya era una reunión familiar. Le cantamos las mañanitas a Mario y ellos ofrecieron invitarnos a comer a Coral y a mí. 

«Acabó feliz».

«Al poco rato se despidieron y nos abrazamos todos. Mario nos dio besos.

****

«Luego Coral y yo platicamos lo inimaginable que es no encontrar a tu hijo. Yo que doy Alertas Amber todo el tiempo en el radio, sé que hay niños que se pierden todo el tiempo… o los desaparecen. La mayoría de esas historias no acaban bien.

«También platicamos que seguramente Mario llevaba horas llorando en la jardinera donde lo encontramos. Seguramente mucha gente lo vio llorar, pero por pena o algo no se acercaron a él. Así que pongo este post –primero– para reconocer la humanidad y empatía de Coral, y –segundo– pedirles que si ven algo raro en la calle, un niño llorando, un viejito vagando, una chica desorientada o algo así, se acerquen. Creo que más vale pecar de impertinente. Y ahora a dormir porque esta noche estuvo larga. Abrazos.»

ESTA HISTORIA DE LA VIDA REAL trata la historia de Kevin, que el día de sus 15 años era asaltado y manoseado por un hombre que lo hizo correr para tratar de perderse.

Kevin cayó en buenas manos y cada uno de nosotros podemos hacer lo mismo.

UN ABRAZO A KEVIN POR SUS 15, un abrazo fuerte por lo vivido también

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