Jesús, el dreamer que busca rehacer su vida en San Miguel de Allende

Redacción

newssanmiguel@gmail.com

 

 

Hace 27 años, la familia de Jesús Barrón decidió dejar su México querido para irse en busca de una mejor vida en los Estados Unidos. Con sus hermanos y sus papás llegaron a varios puntos de aquel país donde pudieron comenzar una vida.

Así lo hicieron durante años y todos sus hermanos pudieron tener una vida como cualquier mexicano que se fue en búsqueda de una vida mejor y los pequeños pudieron hacer sus estudios básicos en aquel país.

Pero ellos, como muchos otros mexicanos no arreglaron sus papeles y se dedicaron a trabajar en los negocios familiares donde pudieron obtener dinero suficiente para vivir… todos estaban allá así que no hubo más problema para salir adelante.

Conforme pasaron los años y los gobiernos cambiaban, la situación de Jesús, como la de otros paisanos, comenzó a ponerse más complicada.

Jesús encontró en amor de su vida en Katerina, quien se casó con él y tuvieron dos hermosos niños, pero a pesar de que Jesús le ha dado más de su vida a Estados Unidos y hasta se casó con una ciudadana estadounidense, la guerra contra los paisanos también le tocó sufrirla.

En los últimos 4 años, Jesús fue deportado 3 veces y en la última ocasión, permaneció encarcelado más de 3 meses por el delito de intentar vivir en el país al que le regaló su tiempo, al que le trabajó y le ayudó a mejorar su economía.

Para Jesús la vida cambió y es una víctima más de la lucha contra los inmigrantes en el país que es gobernado por Donald Trump.

Katerina, cansada de lo que estaba viviendo su marido y padre de sus hijos, tomó una decisión que dice que le ha costado mucho pero que no se arrepiente y fue así como en la última ocasión decidió que dejaba su país para alojarse en el país donde nació Jesús, porque si es la tierra donde pueden estar juntos, entonces ahí se quedarán.

Así que desde hace 3 meses, Jesús, Katerina y sus pequeños viven en San Miguel de Allende, la tierra que juntos decidieron adoptar para comenzar de nuevo, juntos y lejos de un país que ya les dijo una y otra vez que no quiere a este mexicano que ahora le cuesta hablar español, que anda en busca de trabajo y que sufrió como todo dreamer, esa lucha constante contra quienes ayudan a un país a salir adelante.

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