Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- En el corazón de la colonia Allende, entre callejuelas llenas de historias y tradiciones, se encuentra la venerada Capitana de la Mesa del Santo Niño de Atocha, la señora María de la Luz Ugalde.
Con sus pasos marcados por el tiempo y su rostro reflejando la devoción que la ha guiado durante 35 años, la señora Ugalde se ha convertido en la pieza fundamental de la peregrinación anual que sale de la parroquia de San Miguel Arcángel rumbo a Corral de Piedras.
A pesar de su estado de salud deteriorado, María de la Luz ha encabezado esta travesía de fe con una dedicación inquebrantable convirtiéndose en la primera celadora de la Mesa del Santo Niño de Atocha, un papel que desempeña con devoción y amor.
La peregrinación, que parte cada año de la parroquia de San Miguel Arcángel, se ha convertido en una tradición arraigada en la comunidad de San Miguel de Allende. Sin embargo, este año, la travesía estuvo marcada por un incidente inusual: el padre de la parroquia se las volvió a aplicar a los fieles y se negó a oficiar la misa y ninguno de los sacerdotes salieron a bendecir a los peregrinos, como cada año ocurre con ellos.
A pesar de este contratiempo, María de la Luz Ugalde no permitió que la desilusión empañara el espíritu de la peregrinación. Con sus pasos cansados pero firmes, guió a la comunidad hacia los pies del Santo Niño de Atocha, implorando por la salud y bienestar de los sanmiguelenses.
El reconocimiento a esta valiente mujer, que ha dedicado más de tres décadas de su vida a liderar esta travesía espiritual, se hace hoy más que merecido. Su compromiso con la comunidad, su fe inquebrantable y su capacidad para superar los obstáculos han dejado una huella indeleble en la historia de la peregrinación a Corral de Piedras.
Ante la ausencia de la bendición oficial, la Capitana María de la Luz Ugalde tomó la iniciativa de orar y elevar sus plegarias frente al Santo Niño de Atocha, mostrando que la verdadera devoción va más allá de las formalidades eclesiásticas. Su ejemplo de fortaleza y resistencia es un faro de inspiración para todos los que participan en esta travesía anual.
En un acto especial, la comunidad de San Miguel de Allende rinde homenaje a esta mujer extraordinaria, para la gran y única Capitana de la Mesa del Santo Niño de Atocha que recibe un merecido reconocimiento por su incansable labor y su papel fundamental en la preservación de la tradición espiritual de los sanmiguelenses.
Honor y respeto a la única Gran Capitana de la Mesa del Santo Niño de Atocha.