La política antidrogas en México se encuentra en un punto de inflexión a medida que la presidenta Claudia Sheinbaum intenta navegar entre las expectativas internas y la presión internacional, especialmente de Estados Unidos. Mientras afirma que no hay una ruptura con la estrategia de su predecesor Andrés Manuel López Obrador, los datos revelan un giro significativo en la forma de abordar el problema del narcotráfico.
Sheinbaum y su cambio en la política antidrogas
Durante más de una década, la guerra contra las drogas ha sido un tema candente en México. La administración de AMLO se basó en el concepto de «abrazos, no balazos», buscando abordar las causas del crimen en lugar de optar por soluciones represivas. Sin embargo, con la llegada de Sheinbaum al poder, los informes indican un aumento en las incautaciones de drogas y arrestos, lo que sugiere un cambio de dirección en la política antidrogas.
El impacto de la presión de Trump
La influencia de Donald Trump en la política antidrogas de México se hace evidente. Las amenazas del expresidente estadounidense, que van desde aranceles hasta deportaciones, han presionado a Sheinbaum a reconsiderar su estrategia. Desde la asunción de su cargo, números alarmantes de drogas han sido confiscados, y el nuevo enfoque está más en línea con una estrategia militarizada.
Una administración bajo escrutinio
El nombramiento de Omar García Harfuch como secretario de Seguridad ha sido un punto central en este cambio. Durante su gestión como alcalde en la Ciudad de México, Harfuch logró reducir los homicidios y mejorar la percepción de seguridad entre los ciudadanos. Bajo su liderazgo, se han realizado miles de arrestos y se han desmantelado numerosos laboratorios de drogas. Sin embargo, esto también ha significado un giro hacia tácticas más duras, alejándose del enfoque social buscado por AMLO.
Incertidumbre sobre la efectividad de la estrategia
Aunque Sheinbaum presenta estos resultados como un logro, expertos advierten que el aumento de las incautaciones no necesariamente se traduce en una reducción del consumo de drogas. El problema persiste en gran medida debido a la demanda en Estados Unidos. Además, la falta de un aumento en el presupuesto para seguridad plantea serias dudas sobre la viabilidad de esta nueva estrategia.
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El dilema de las relaciones México-EE.UU.
La relación entre México y Estados Unidos sigue siendo un tema complejo. Sheinbaum ha declarado que México es un país soberano y que no se subordinara ante las demandas estadounidenses. No obstante, sus acciones sugieren lo contrario, ya que ha comenzado a colaborar más estrechamente con el gobierno de EE.UU. en cuestiones de seguridad, lo que la convierte en una figura crucial en esta dinámica internacional.
¿Futuro incierto para la política antidrogas?
El giro en la política antidrogas, si bien reflejado en las acciones y en la retórica de Sheinbaum, plantea más preguntas que respuestas. Los expertos coinciden en que mientras la demanda de drogas persista en el norte, cualquier cambio en la estrategia resultará ser solo una medida superficial. La lucha contra el narcotráfico, una vez más, se encuentra atrapada entre los intereses nacionales y las presiones externas.