La inquietud se ha apoderado del mercado bursátil en respuesta a las audaces jugadas de OpenAI, cuya colaboración con gigantes tecnológicos ha empezado a atraer miradas críticas. En un periodo corto, la empresa ha forjado alianzas estratégicas con Oracle, Nvidia, AMD y Broadcom, comprometiéndose a invertir en centros de datos que potenciarán el uso de inteligencia artificial (IA). Esta serie de acuerdos ha generado entusiasmo inicial en el mercado, aunque también ha suscitado interrogantes sobre las implicaciones financieras a largo plazo.
Desde el anuncio del acuerdo entre OpenAI y Oracle, la acción de la compañía de Larry Ellison experimentó un impulso notable, alcanzando un 36% de aumento. Por otro lado, Nvidia vio su cotización incrementarse un 3,9% tras un convenio similar, que incluye una posible adquisición del 10% de la empresa de Sam Altman. Estos movimientos han sido interpretados como un signo positivo inicial, pero persisten las dudas sobre la viabilidad de estas asociaciones.
Las colaboraciones con AMD y Broadcom han continuado con la misma tendencia. AMD reportó un notable aumento del 24%, mientras que Broadcom se alzó con un 10% gracias a su entendimiento con la innovadora firma de IA. Estos acuerdos se traducen en una inversión total aproximada de 1,5 billones de dólares, reflejando la creciente importancia de la IA en las finanzas globales.
A pesar del recibimiento positivo, analistas han empezado a señalar el riesgo de un «juego circular» en estas negociaciones. Las investigaciones han resaltado la preocupación sobre la sostenibilidad financiera de estas inversiones en la IA. Adrian Cox, de Deutsche Bank, advierte que los acuerdos pueden incluir una dinámica donde la financiación mutua entre las empresas crea incertidumbres sobre la rentabilidad a largo plazo.
A medida que se desarrolla la situación, la percepción del mercado ha comenzado a fragmentarse. Mientras que algunos analistas, como los de Goldman Sachs, abogan por mantener la calma, advirtiendo que el ciclo financiero de la IA está aún en sus primeras etapas, otros recuerdan el colapso de las burbujas tecnológicas del pasado, como la explosión de la burbuja puntocom en los años 90.
Con empresas como Microsoft, Google, Amazon, Meta, Tesla, Apple e IBM ya establecidas en el juego de la IA, la presión para que OpenAI demuestre su valor es considerable. Las memorias de un pasado marcado por las expectativas exageradas pueden volver a surgir si no se mantiene un enfoque racional hacia la inversión y el crecimiento en este sector.
La forma en que la narrativa alrededor de OpenAI y sus decisiones afecte su valoración y el del mercado en general, permanece como un interrogante en la mente de muchos inversores. A medida que el campo de la IA sigue evolucionando, el impulso detrás de las financiaciones y asociaciones seguirá siendo un tema de gran importancia en el ámbito bursátil.







