El lanzamiento de ChatGPT-5, programado para deslumbrar a la comunidad tecnológica, se ha convertido en uno de los eventos más tumultuosos de la historia reciente de OpenAI. Conceptualizado como un hito que marcaría la evolución hacia una inteligencia artificial de nivel general, este nuevo modelo se enfrenta a una oleada de críticas que han puesto en entredicho no solo su rendimiento, sino también la reputación de la empresa misma.
La llegada de ChatGPT-5 y las expectativas incumplidas
En una presentación que tuvo lugar el 7 de agosto en San Francisco, Sam Altman se atrevió a comparar GPT-5 con las innovadoras pantallas Retina de Apple, prometiendo una revolución en el campo de la IA. Con la esperanza de ofrecer un producto que superara sus versiones anteriores en precisión y razonamiento, la empresa había alimentado una expectativa enorme en la comunidad. Sin embargo, lo que los usuarios recibieron fue una experiencia sorprendentemente diferente.
Problemas técnicos y frustraciones de los usuarios
En cuestión de horas tras el lanzamiento, empezaron a circular errores que hacían sonrojar a los usuarios. Desde fallos ortográficos sencillos hasta fallos en el razonamiento matemático, las pantallas de conversación se llenaron de ejemplos que cuestionaban la premisa de una inteligencia artificial supuestamente avanzada. La integración de un nuevo sistema de enrutamiento, diseñado para optimizar el rendimiento del modelo según las preguntas, terminó generando respuestas inconsistentes que dejaban a muchos con la sensación de tener que lidiar con un software en fase beta.
Un regreso al pasado: la reactivación de GPT-4o
La decisión de OpenAI de retirar las versiones anteriores como GPT-4o causó una oleada de descontento. Aquellos que habían encontrado en estas versiones un equilibrio entre rapidez y precisión se sintieron despojados de su herramienta favorita. Con una presión de los usuarios que no dejó margen de maniobra, OpenAI tuvo que rectificar, reactivando GPT-4o para sus suscriptores de pago.
Percepción del nuevo modelo: una inteligencia fría y distante
Aparte de los fallos técnicos, muchos usuarios comenzaron a describir a ChatGPT-5 como menos empático y más rígido en sus interacciones. Lejos de la calidez de sus predecesores, este nuevo modelo generó comparaciones que lo presentaban como un “funcionario de ventanilla”, distante y menos humano, lo que afectó significativamente las tareas de escritura creativa y tutoría que tantos usuarios valoraban.
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El futuro incierto de OpenAI
A pesar de las dificultades iniciales, el compromiso de OpenAI con la mejora continua ha sido la nota esperanzadora de esta semana. Altman ha prometido no solo el retorno de modelos anteriores, sino también la refinación del sistema enrutador. Sin embargo, el tropiezo de esta semana ha encendido un debate más amplio. ¿Estamos alcanzando un límite en lo que la inteligencia artificial puede ofrecer?
La situación presenta un cambio significativo en las dinámicas del sector tecnológico. Mientras los gigantes como Meta siguen invirtiendo en la búsqueda de una inteligencia artificial general, el desempeño de ChatGPT-5 podría ser indicativo de un agotamiento en las promesas de avance rápido en este campo. Lo que se había proyectado como un viaje hacia la supremacía tecnológica ahora enfrenta la cruda realidad de las expectativas no cumplidas y la crisis de confianza entre sus usuarios.
