Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE. El jueves 17 de octubre, la ciudad vivió un caos total luego de que un tráiler, que circulaba a gran velocidad, perdiera el control en la curva del libramiento Manuel Zavala, a las 7:30 de la mañana, impactando contra dos autos, un motociclista y un camión urbano lleno de estudiantes y otros pasajeros.
El accidente dejó un saldo trágico de dos personas fallecidas, además de dos heridos moderados y dos con lesiones leves, según los reportes oficiales de los cuerpos de emergencia.
El cierre de esta importante vialidad detonó el colapso del tránsito en toda la ciudad. Calles del centro, la colonia Azteca, los bulevares, la Salida a Celaya y la calle San Francisco quedaron saturadas de vehículos que terminaron sobrecalentándose* tras horas de espera, mientras cientos de sanmiguelenses intentaban llegar a sus destinos en medio del embotellamiento.
Sin operativo de contingencia
El descontento de los ciudadanos creció al notar la ausencia de elementos de Tránsito y policías en los puntos críticos para dirigir el tráfico.
Todos los recursos humanos de Tránsito parecían concentrados en la escena del accidente, donde ya operaban paramédicos, bomberos, elementos de la Fiscalía y Protección Civil.
Jorge Salas Luna, director de Tránsito que volvió a dejar en ese lugar Mauricio Trejo Pureco en su reelección, se mostró perdido en el lugar del siniestro, supervisando vehículos volcados que solo esperaban ser retirados por grúas, pero sin coordinar estrategias para liberar el tránsito en la ciudad.
«No tienen un Plan B», fue la crítica de muchos ciudadanos, señalando la falta de previsión de las autoridades municipales. El accidente, que mantuvo bloqueada una de las arterias más importantes de la ciudad por más de cinco horas, dejó a varios automovilistas con sus vehículos descompuestos por el calor del motor y a cientos de personas sin poder llegar a sus trabajos o salir de sus casas.
Ciudadanos tomando el control
Ante la evidente desorganización, vecinos y automovilistas comenzaron a organizarse para dirigir el tráfico y ayudar a descongestionar las calles, supliendo la función de los agentes de tránsito que nunca llegaron a los puntos más críticos.
La falta de acción de las autoridades fue aún más criticada porque este tipo de accidentes ya habían ocurrido en años anteriores, sin que se implementaran planes de contingencia para evitar el caos.
Ciudadanos haciendo labores de Tránsito.
Por CINCO HORAS, San Miguel de Allende quedó paralizado, evidenciando la falta de planeación y reacción de las áreas de Protección Civil y Tránsito bajo la dirección de Roberto Pérez Solís y Jorge Salas Luna, respectivamente.
El descontento de los habitantes no tardó en reflejarse en redes sociales, exigiendo que las autoridades respondan por su ineficacia ante emergencias de este tipo, que afectan no solo a las víctimas del accidente sino también a toda la ciudad.
San Miguel de Allende, Ciudad Patrimonio de la Humanidad, vivió una jornada de caos y frustración que dejó claro que la falta de previsión y organización puede ser tan peligrosa como el accidente mismo.
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Con info de Ana Solís/ cuerpos de emergencia
