La concepción de lo que significa alcanzar la adultez ha cambiado drásticamente a lo largo de las generaciones. En un estudio reciente, se planteó que el sentimiento de ser un adulto no comienza a los 18 años, como tradicionalmente se ha creído, sino que se ha desplazado hacia aproximadamente los 27 años. Este fenómeno, relacionado con factores económicos y sociales, refleja las luchas y aspiraciones de la generación más joven.
¿Qué define la transición a la adultez hoy?
Según la investigación de Life Happens, la mayoría de los encuestados considera que ser un adulto implica enfrentarse a la responsabilidad financiera. Pagar las cuentas, ser financieramente independiente y priorizar las responsabilidades sobre el ocio son algunos de los elementos que muchos asocian con la adultez. De hecho, 56% de los participantes destacó que el acto más representativo de «adulting» es pagar sus propias cuentas.
La adultez tardía y sus percepciones
El concepto de adultez tardía refleja un cambio significativo en las expectativas y realidades económicas de los jóvenes. Mientras que en generaciones pasadas llegar a la edad adulta significaba adquirir estabilidad y seguridad, las nuevas generaciones enfrentan un contexto diferente marcado por altas tasas de desempleo y una dependencia económica mayor de los padres.
Esto contrasta con la perspectiva de los millennials, quienes, aunque también enfrentaron desafíos económicos, comenzaron a asumir ciertas responsabilidades financieras antes. La generación Z, por otro lado, ha incorporado hábitos de planificación financiera desde una edad temprana, como abrir cuentas bancarias y crear presupuestos alrededor de los 22 años.
Desafíos y expectativas de la generación Z
A pesar de sus esfuerzos por adquirir independencia, muchos jóvenes sienten que las metas de estabilidad financiera son inalcanzables. Un 47% de ellos afirma que no creen poder comprar una casa y un 39% se sienten inseguros respecto a ser padres. Esta ansiedad financiera repercute en la madurez emocional y en la capacidad de asumir nuevos roles familiares.
Por otro lado, los valores sobre la formación profesional también han evolucionado. Existe un interés creciente por la educación continua y el desarrollo personal, lo que plantea una nueva forma de identidad personal y social.
La búsqueda de la independencia económica
Para la generación actual, estar al tanto de las finanzas es esencial. Aproximadamente el 64% de los jóvenes sigue los consejos de generaciones anteriores, como comenzar a ahorrar. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, la percepción general es que se enfrenta un camino más difícil para alcanzar la estabilidad económica, esperada alrededor de los 46 años.
La ciencia detrás de la aversión al contacto físico: ¿Por qué hay quienes lo evitan?
Nuevas dimensiones de la adultez
Con la llegada de estos cambios sociales, también se redefine lo que implica ser un adulto, enfatizándose nuevos conceptos como la responsabilidad social y el compromiso comunitario. Los jóvenes no solo buscan estabilidad personal, sino que también desean contribuir a su entorno de maneras significativas.
La intersección entre el crecimiento personal y la formación profesional es más importante que nunca. Las generaciones actuales no solo desean trabajar por su propio bienestar, sino que aspiran a una verdadera conexión con su comunidad y un impacto positivo social.
