Un descubrimiento extraordinario ha tenido lugar en el lecho marino de Alejandría, donde la arqueología se ha entrelazado con la historia en un emocionante proyecto franco-egipcio. La reciente recuperación de enormes bloques, que una vez formaron parte de la icónica entrada del Faro de Alejandría, representa un hito crucial no solo para la restauración de este monumento, sino también para la conservación de la cultura y el patrimonio de una civilización del pasado.
Un viaje a la historia del Faro de Alejandría
El Faro de Alejandría, construido en el siglo III a.C., ha sido un símbolo de la ingeniería helenística y una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo. Su construcción, ordenada por Ptolomeo II, fue una hazaña que impresionó a la humanidad durante siglos. Entra en la historia como un faro que guiaba a los navegantes a través de las peligrosas aguas del Mediterráneo gracias a su luz reflejada por espejos de metal. Sin embargo, a partir del siglo XIV, una serie de terremotos comprometió su estructura, llevando al colapso de la torre y al saqueo de sus piedras para la construcción de nuevos edificios.
La extraordinaria recuperación de bloques colosales
La reciente excavación ha permitido sacar a la superficie 22 bloques monumentales, que incluyen dinteles, jambas y losas que formaron la entrada ceremonial del antiguo faro. Este rescate ha sido organizado por un equipo especializado en la arqueología submarina, que ha trabajado con la ayuda de tecnología avanzada, permitiendo a los investigadores llevar a cabo exploraciones meticulosas de las profundidades marinas.
Uno de los hallazgos más sorprendentes ha sido un pilono decorado en un estilo egipcio, que se cree que sirvió como portal simbólico o ritual del faro. Estos descubrimientos, bien conservados a pesar de estar sumergidos, ofrecen una nueva visión del significado del faro en la historia de Egipto y su influencia en el mundo antiguo.
Reconstrucción digital del patrimonio
La colaboración entre arqueólogos, ingenieros y expertos en simulación digital ha llevado a la creación de un gemelo digital del faro, donde cada bloque se escanea para ser integrado en un modelo 3D. Este proceso busca no solo restaurar visualmente el Faro de Alejandría, sino brindar una experiencia inmersiva para que el público pueda explorar este magnífico monumento como si estuviese en su apogeo hace 2.000 años.
El impacto de la colaboración internacional
El renacer del Faro de Alejandría no es solo un logro arqueológico, sino una prueba del poder de la cooperación global por la conservación cultural. La participación de distintos países y disciplinas en el proyecto PHAROS resalta la importancia de unir fuerzas para salvaguardar el patrimonio común de la humanidad. Gracias a este esfuerzo, cada bloque recuperado y cada fragmento ensamblado digitalmente no solo devuelve a la vida a un antiguo monumento, sino que contribuye al entendimiento histórico del Perú ptolemaico y a la fusión de ciencia, arte y arquitectura.







