En un giro sorprendente de los acontecimientos, Inés de la Fressange, emblema del chic francés y musa de Karl Lagerfeld, vuelve a acaparar la atención del mundo de la moda. Esta vez, su nombre se asocia a un suceso que ha dejado a muchos boquiabiertos: el reciente robo de joyas históricas del Louvre. Este museo, conocido por albergar invaluables tesoros, fue asaltado el 19 de octubre, mientras que Inés compartió detalles de su propia experiencia con estas piezas robadas.
En 1987, la modelo posó con un conjunto deslumbrante de zafiros y diamantes que antes pertenecieron a reinas como María Amélia y Hortensia. Esta sesión, realizada para la revista Connaissance des Arts, capturó no solo su carisma, sino también el esplendor de las joyas, símbolo del último brillo del imperio francés. La autorización que obtuvo para lucir estas piezas fue “especial y única”, como ella misma subrayó, lo que añade un toque irónico al hecho de que estas joyas ahora son parte de un robo escandaloso.
El collar exhibido en la sesión cuenta con ocho zafiros rodeados de 631 diamantes, un legado que el Gobierno francés adquirió en 1985 de la antigua colección de la casa de Orleans. La historia detrás de estas joyas es tan fascinante como su valor material. De hecho, el collar fue diseñado para Hortensia de Beauharnais, madre de Napoleón III, quien las portó en numerosas ocasiones. Décadas más tarde, se convierten en parte de un evento que ha resonado a nivel nacional, justo en medio de turbulencias políticas en Francia.
Este contexto no solo pone de relieve la conexión de De la Fressange con la historia de estas joyas, sino que también se convierte en un símbolo de la inestabilidad que vive el país. El hecho de que una figura icónica de la moda revele su historia con algo tan significativo como joyas pertenecientes a la realeza francesa no es casual. La mezcla de glamour y tragedia evoca reflexiones sobre lo que realmente se ha perdido, no solo en términos de tesoros materiales sino también en la percepción cultural.
Al mismo tiempo, el interés por piezas de joyería únicas y de lujo continúa creciendo. Marcas como Aristocrazy, Carrera y Carrera, y Swarovski España están a la vanguardia, ofreciendo joyas que cuentan historias poco propias en cada diseño. En este contexto, De la Fressange no solo representa la elegancia, sino que se convierte en un recordatorio de que detrás de cada joya hay un legado fascinante.
