La reciente decisión del Ministerio de Cultura de España de retirar restos humanos de las exposiciones de los museos nacionales ha despertado un intenso debate. Aunque diez piezas han sido retiradas para cumplir con la normativa sobre el tratamiento ético de estos patrimonio y arte, las momias egipcias siguen en exhibición, lo que ha generado cuestionamientos sobre la coherencia de estas acciones.
Retirada de restos humanos en museos nacionales
En un movimiento significativo, el Museo Arqueológico Nacional (MAN) de Madrid ha retirado, desde el 23 de febrero, una momia guanche que hasta entonces formaba parte de su exposición de Arqueología Canaria. Este cambio llega en cumplimiento de la nueva Carta de compromiso para el tratamiento ético de restos humanos en los museos estatales, promovida por el departamento que lidera Ernest Urtasun. La cultura se ha comprometido a tratar estos restos con respeto y dignidad.
Número de restos y su gestión
Según información oficial, en los museos estatales hay aproximadamente 14.845 restos humanos, muchos de los cuales ya se encontraban en almacenes antes de que se aplicara la Carta. El MAN alberga la mayor cantidad de estos, con 10.060 piezas, seguido por el Museo Nacional de Antropología, que cuenta con 4.448. Este movimiento refleja un debate más amplio que ha surgido en diversas instituciones culturales de Occidente respecto a la exhibición de tales restos.
Los criterios éticos: ¿un equilibrio necesario?
La Carta de compromiso establece como principio general la prohibición de la exposición pública de restos humanos, aunque permite ciertas excepciones si se utilizan para educar y están bien documentados. Así, mientras que se han retirado diversas piezas, el MAN continúa exibendo momias egipcias y otros restos que, según el ministerio, están contextualizados y respetuosos con las comunidades de origen.
La controversia de las momias egipcias
La permanencia de las momias egipcias ha suscitado inquietudes. Estas piezas se presentan como respetuosas ycontextualizadas, pero algunos expertos cuestionan esta posición. Según el arqueólogo Marco Moreno, aunque se busca educar, el ocultar otros restos podría ser igualmente problemático. ¿Hasta qué punto se puede considerar adecuado lo que se expone y lo que se retira? La comunidad del patrimonio cultural debate estas cuestiones de manera activa.
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Reacción de las comunidades locales y el contexto histórico
El Cabildo de Tenerife ha solicitado la repatriación de la momia guanche, argumentando que representa una parte vital de su historia y patrimonio cultural. Rosa Dávila, presidenta de la institución, considera que la decisión de guardar los restos en un almacén, sin consultar a las comunidades afectadas, es una ofensa. Este clamor hace eco de una gloriosa civilización canaria que, aunque se extinguió, aún resuena en la identidad de los tinerfeños.
Un contexto que invita a la reflexión
A medida que se producen cambios en la forma en que las instituciones culturales manejan restos humanos, es crucial entender el impacto de estas decisiones. Las normas que rigen estas prácticas no solo son de carácter científico, sino que también deben tener en cuenta los sentimientos y creencias de las comunidades de origen. Esta evolución en la gestión de patrimonio cultural no solo busca la divulgación de la historia, sino también el respeto por los que ya no están.
El futuro de la antropología y la museología
El tratamiento de restos humanos en los museos españoles plantea preguntas sobre cómo las instituciones deben adaptarse a las demandas culturales y éticas del presente. Un aspecto positivo es que con el retiro de estas piezas, se abre un espacio para reconsiderar la exhibición del pasado de manera más respetuosa. ¿Podría ser que este cambio proporcione la oportunidad de crear nuevas narrativas que reflexionen las complejas interacciones entre lo histórico y lo cultural en el contexto museológico de 2025?