En el corazón de París, el obelisco de la Plaza de la Concordia ha permanecido durante años como un testigo silencioso de la historia, susurrando secretos del antiguo Egipto a quienes se atreven a mirar más allá de su superficie. Recientemente, un grupo de investigadores ha descifrado un mensaje oculto que rinde homenaje a Ramsés II, revelando así la rica historia y simbología que esconde este monumental artefacto.
Descubrimientos sorprendentes en el obelisco
Durante casi dos siglos, millones de personas han pasado frente a este monumento sin saber que estaba cargado de un mensaje codificado. No se trata de una inscripción escondida bajo tierra o tras un muro, sino de un mensaje visible, esperando ser interpretado.
Un análisis arqueológico en tiempos de pandemia
La historia dio un giro inesperado durante la pandemia, cuando el egiptólogo Jean-Guillaume Olette-Pelletier comenzó a estudiar el obelisco durante sus paseos diarios. Observando cuidadosamente, notó una orientación peculiar en los jeroglíficos, que parecía apuntar hacia la entrada del templo de Luxor, su ubicación original. La clave para entender su mensaje estaba justo en cómo los miraba.
Un ángulo inesperado para un descubrimiento revolucionario
Al utilizar prismáticos y observar desde un ángulo de 45 grados, Olette-Pelletier logró identificar varias inscripciones que formaban mensajes codificados, accesibles únicamente desde una posición específica. Desde el nivel del suelo, estos signos eran invisibles. Así, los mensajes emergían, revelados como un lenguaje de los dioses, ocultos a simple vista pero palpablemente presentes.
Incripciones que cuentan la historia de un faraón
Con la llegada de andamios para los juegos olímpicos de 2024, Olette-Pelletier tuvo la oportunidad única de medida y fotografiar los detalles de estas inscripciones. En su análisis, identificó al menos siete pasajes desconocidos hasta entonces. Uno de ellos hacía referencia a la alteración del nombre de Ramsés II, permitiendo a los expertos fechar el tallado del obelisco en dos etapas distintas.
Legitimidad y poder en la propagación del mensaje
Ramsés había tomado el título de Setepenrê, el elegido de Ra, para justificar su legado y reivindicar su lugar en la dinastía faraónica. Este mensaje se convierte en una narrativa poderosa destinada a legitimar su reinado ante su pueblo, un testimonio de su conexión divina. En un relieve en la parte superior del obelisco, el faraón se representa haciendo una ofrenda al dios Amón, un claro símbolo de su relación con lo divino.
Un lenguaje que trasciende el tiempo
En la cara oriental del obelisco, también se oculta otra inscripción significativa. Un par de símbolos, representando la fuerza vital divina, forman la frase «apaciguar la fuerza ka de Amón». Este mensaje subraya la necesidad de ofrendas constantes a las divinidades, recordándonos la rica cultura y reverencia que existía en el antiguo Egipto.
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El legado del obelisco en la cultura moderna
Donado a Francia por el virrey Mehmet Ali en 1828, esta pieza no solo representa un gesto diplomático, sino que encapsula mensajes para una sociedad olfateada en el pasado. En un contexto de turismo y cultura, el obelisco continúa atrayendo la curiosidad, invitando al público a descubrir la historia oculta de un faraón y su legado.
Así, el obelisco de la Plaza de la Concordia no es solo un relicario de Egipto, sino un recordatorio de cómo la arqueología y la historia están interconectadas, esperando a ser exploradas por las generaciones futuras. Las inscripciones en piedra no solo son arte, son relatos que eternamente preservan el poder y la cultura de Ramsés II.