Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- La noche del 15 y madrugada de este 16 de mayo, la fuerte lluvia tenía a todos los elementos del C4 y de Protección Civil atendiendo los reportes, asistiendo gente, atendiendo la emergencia de esos momentos.
Pero momentos después, los elementos tuvieron que abandonar la tarea de ayudar porque al centro de mando y control, ese que es el más vigilado y tiene el ojo en varios puntos de San Miguel de Allende, el agua también les cobró el precio por la mala ejecución de una obra a la que le invirtieron más de 32 millones de pesos y puso en riesgo a 20 elementos.
Era una noche en que los teléfonos no paraban de sonar.
Eran los vecinos de la San Luis Rey, los que estaban por el Colegio Fray Pedro que decían que se volvió a inundar.
Hablaban diciendo que los barandales del puente del Obraje, la fuerza del agua los tronó cual papel y que de las coladeras salía agua en lugar de drenarla.
Había coches atorados bajo el lodo que cayó sobre la avenida Guadalupe que ya no tuvo sus árboles ni camellón para romper la caída de agua que esta vez llegó acompañada de pierdas, lodo, tierra, tubos y todo lo que dejaron los maestros albañiles en la obra que hacen en la calle Ignacio Allende.
Las llamadas de los vecinos varados sin poder entrar a sus casas; la de los hogares en los que no sabían qué hacer con el agua que comenzaba a entrar por doquier y de la prolongación Umarán donde los vecinos veían cómo poco a poco el agua subía subía y subía sin poder detenerla.
La noche de ayer y la madrugada de hoy, una lluvia de más de 1 hora sin parar y que luego volvió otro rato más, hizo ver los defectos y las consecuencias de las malas ejecuciones en las obras públicas y su planeación.
Había mucho trabajo, todo en el C4 era un caos al igual que afuera en la ciudad, mucha información, alegatos entre jefes (y los que se creen jefes) subordinados recibiendo órdenes que luego les decían que no.
Y en medio de ese caos alguien dijo: » ¡Se está metiendo el agua!».
Todos siguieron «normal», solo secaron un poco, colocaron un trapito y unos mechudos y siguieron con la chamba de atender el caos de afuera.
Un minuto despues se volvió a oir: «¡Está entrando mucha agua!».
El supervisor vio que el «chorrito» ya no se detenía y más y más entraba y entraba al lugar. Comenzó a avisar a sus superiores que el C4 se estaba inundando.
Mientras él ponía sobreaviso a la gente, los demás seguían trabjaando, atendiendo los reportes que ya eran cientos, mientras otros buscaban alternativas para detener el agua que amenazaba con entrar y fuerte.
Fue todo cuestión de dos minutos y llegó lo esperado, el agua ya estaba dentro del C4, el agua pasó la recepción, se coló por todos los rincones de los que muchos de nosotros nunca hemos pasado.
El agua sólo buscaba cómo esparcirse y llegó a todos lados.
Los elementos sabían que no podían abandonar el lugar ¡ESTABAN EN ALERTA MÁXIMA! no podían dejar el barco… no en ese momento.
Sin embargo no pudieron más y uno de ellos dijo: ¡SALGAN, TENEMOS QUE IRNOS!».
El agua ya cubría los pies de los elementos, los cables estaban en el suelo, las computadoras y sistemas tecnológicos estaban a instantes de ser tocados por el agua. Salieron casi corriendo
«¡EVACUANDO TODOS, EVACUANDO TODOS!».
Salieron lo más rápido que pudieron, apagaron los equipos que pudieron y subieron aparatos a los escritorios, lo que alcanzaran, para evitar que tuvieran contacto con el agua… y con la energía eléctrica.
No pudieron salvar mucho, casi todo está a nivel de suelo: los reguladores, los cables.
El agua avanzó cada vez más rápido, cual escena de catástrofe subiendo de nivel demasiado rápido. En cuestion de 10 segundos, el agua cubría los tobillos de muchos de los elementos que todavía estaban secos.
En menos de 1 minuto subieron al segundo piso, la mayoría lo hizo casi corriendo por temor al contacto del agua con los aparatos eléctricos.
DOS MINUTOS DESPUÉS, ya con todos fuera del centro de Control y en el segundo piso, el agua estaba a tope…. subió casi 90 centímetros.
Eran 20 personas en un espacio de apenas 4 por 5 metros, poca ventilación y mucho miedo.
Desde las escaleras donde se pusiseron a salbo, pidieron ayuda por los radios, teléfonos de compañeros pero ¿a quien llamaban si eran ellos los que atendían las emergencias?.
A quienes hablaban afuera estaban igual que ellos, en medio del caos, sufriendo y combatiendo su propia emergencia y aunque realizaron varios planes, ninguno de ellos se atrevía a tocar esa masa de agua combinada con energía eléctrica de los aparatos que no se pudieron apagar.
Una alternativa era cortar la energía pero ¿quién lo iba a hacer?
Permanecieron ahí hasta que la lluvia se detuvo y ya todos los rincones del primer piso del C4, hecho con bardas de Tablarroca, estaban inundados.
Dos horas habían pasado ya desde el inicio y el aire comenzaba a faltar hasta que por fin las luces se apagaron.
Hasta ellos llegó el apoyo de 2 unidades de Vialidad y una de Seguridad, entre ellos el jefe de Vialidad que era el que no paraba de ayudar, que ponía el orden, que se metía al agua para sacar de ese lugar a sus compañeros
¿Los demás jefes? ¿El General? ¿El jefe la policía? ¿La Secretaria del Ayuntamiento que tiene bajo su mando la seguridad? No, ninguno de ellos les ha llamado siquiera para saber que están bien.
Una intensa lluvia dejó entrever las deficiencias en la construcción del Centro de Mando C4 que en abril del 2019, al que dijeron le invirtieron 30 millones de pesos y que fue inaugurado por el alcalde con licencia, Luis Alberto Villarreal (hoy candidato del PAN a la reelección) y porel mismo gobernador Diego Sinhué, puso en riesgo a 20 elementos.
La construcción inició en noviembre del 2016 (con Ricardo Villarreal) con una inversión tripartita, de 23 millones 482 mil 688 pesos en infraestructura, 8 millones 400 mil en equipamiento, 856 mil pesos para mobiliario y 203 mil para cómputo y activos especiales.
Inversión global de $32 millones 941 mil 688 pesos que ayer y hoy se inundaron.
Esta mañana llegó el Ejército de mujeres trabajadoras para limpiarlo, a todas las llevaban en la carga de una camioneta, para bajarlas dentro y se pusieran a limpiar el Centro de Operación y Seguridad.
- Por si te lo perdiste: Inauguran Diego Sinhue y Luis Alberto Villarreal, Centro de Cómputo C4