Redacción
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CELAYA, GUANAJUATO. – Este viernes 26 de enero, la Iglesia diocesana de Celaya celebró la ordenación diaconal de cinco jóvenes, que, de manos de Mons. Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, recibieron el Sacramento del Orden en el tercer grado, con el cual han sido elegidos para proclamar la Palabra de Dios, como ministerio principal, además de poder realizar bautismos y matrimonios.
Entre los ordenados está un sanmiguelense, es Jesús Eduardo Huerta Gaytán, quien en abril del 2022 recibió los ministerios de lectorado y acolitado en la Parroquia de San Miguel Arcángel.
Desde agosto de 2022 y hasta la fecha, el joven se encuentra en el año de inserción pastoral, en la parroquia de San Pedro apóstol en Mineral de Pozos, San Luis de la Paz, siendo acompañado por el sr. Cura Alejandro Briones Peña.
Otros jóvenes que se ordenaron en la Diócesis, fueron:
Erick Josue Villegas Correa, nacido en San Juan del Río, Querétaro, pero muy pronto fue criado a la ciudad de Dolores Hidalgo, en Guanajuato.
Luis Gerardo Bárcenas Escamilla. Originario de Celaya Gto, perteneciente a la parroquia de la Sagrada Familia, en dicha ciudad.
Daniel Jiménez García. Originario también de Celaya.
Y Jorge García Rodríguez. Originario de la comunidad Adjuntas del Monte, perteneciente al municipio de Dolores Hidalgo, Gto.
DE LA CEREMONIA RELIGIOSA
Acompañados de sus familias, gran parte del presbiterio diocesano y la visita inesperada de Mons. Alejo Zavala Castro, Obispo emérito de Chilpancigo-Chilapa, que llegó para acompañar a su sobrino, el sanmiguelense Jesús Eduardo Huerta, en este momento trascendente para su vida, la celebración se realizó en el Seminario Diocesano.
En la homilía, además, Mons. Víctor dijo a los ordenandos, » Es Dios quien los ha llamado por medio de la comunidad y de su obispo, denle gracias siempre a Dios por esta vocación y respóndanle con toda generosidad”.
Don Víctor expuso la importancia de ser hombres de oración para parecerse a Jesús y les pidió procurar ejercer su ministerio en comunión con su Obispo y su párroco.
Después continuaron con los ritos propios de la ordenación: la aceptación del Orden del diaconado y lo que implica, la promesa de obediencia y respeto al Obispo y sus sucesores, postrarse rostro en tierra mientras se cantó la letanía de los santos, recibir el Espíritu Santo y la transmisión de la gracia y la misión de la Iglesia mediante la imposición de manos del Obispo, ser revestidos con la estola y la dalmática y recibir el Evangelio de Cristo para después acercarse a ejercer por vez primera su ministerio en el altar.
Al finalizar la santa Misa y luego de la foto conmemorativa, todos compartieron los alimentos y la alegría, agradeciendo a Dios por los dones recibidos en este magnífico día.
Información y fotos: Codipac Celaya
