POR MIGUEL ARCÁNGEL
COLUMNA: #TenemosQueHablar
Contacto: newssanmiguel@gmail.com
¡MUY BUENOS DÍAS MIS QUERIDOS Y AMADOS LECTORES! otra vez es lunes y como cada inicio de semana tenemos como siempre mucho qué contar.
Y es que esta semana anduvimos de fiesta con eso de las velaciones y las danzas para el Señor de la Conquista, como a mi tía Consuelo le toca llevar ofrenda, pues nos junta a varios de los primos a participar el día que le toca, así que eso de las costumbres y tradiciones es algo que ellos mantienen firme y que esperan que un día nosotros le sigamos.
Dicen mis abuelos y mis tíos que a los jóvenes cada vez les interesa menos esto de estar siguiendo las tradiciones y costumbres en el que participaron y siguen participando nuestros abuelos y sis hijos.
Dice mi abuelo que a «su pueblo«, como le dice él, ya le construyeron edificios más altos de lo permitido, le taparon la vista a los mágicos atardeceres y abrir terrazas y negocios que tienen los volúmenes de la música a todo lo que da.
Recuerda aquel lugar de sus infancias del que solo queda en sus recuerdos, hoy creció, se llenó de coches, de gente, los gobiernos dejaron de trabajar por el pueblo y comenzaron a sacrificarlo, vendiendo la paz y la vida de los sanmiguelenses a inversionistas y a su vez para el turismo.

El ruido de la «modernidad» sacó de sus casas del centro a muchos de los vecinos y se fueron a otro lado, lejos de lo que era su casa que ahora son negocios. En el centro cada vez hay menos gente….
Todo lo removieron y hasta lo protegido lo «desprotegieron», sin que alguna autoridad hiciera nada, como esa esquina de Codo y Tenerías, en el que había hasta hace poco un edificio considerado un Monumento Histórico catalogado por el Gobierno Federal y aún así «se lo echaron» y hasta le levantaron un segundo piso.
Dicen mis amiguitos Godín que el dueño mexicano, porque hay otro extranjero, se aventó seno pleito con las autoridades federales (INAH) que se negaban a darle los permisos para que cambiara el aspecto de la casa que un día formó parte de los monumentos mexicanos.
Con apoyo de los panistas y el INAH en manos de David Jiménez Guillén, la restricción se terminó y el Gobierno Federal no pudo hacer nada para que el fueren hiciera lo que quisiera en la ciudad… al parecer ya hasta inauguró el nuevo hotel de codo.


Así que la paz, al parecer hoy la tenemos que conseguir por nuestro propio pie, confiando que algún día alguien nos la regrese, porque esta semana, quienes nos tienen que cuidar (porque para eso les pagamos) formaron parte de muchas de nuestras pláticas, así que de eso y mucho más, es justamente de lo que hoy: #TenemosQueHablar:
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