Un día normal, así vivieron la navidad en la familia de Guadalupe, quienes son de los afectados por el incendió en la colonia Allende

Redacción

Newssanmiguel@gmail.com

SAN MIGUEL DE ALLENDE. – Un día normal, así vivieron la navidad en la familia de Guadalupe Salazar, su esposo e hijos, quienes fueron de los afectados por el incendió de la fábrica de zapatos en la colonia Allende, en la madrugada del pasado 12 de diciembre.

La madre de familia nos compartió que, independientemente de la desgracia del incendio, donde todo su patrimonio se perdió, muebles, electrodomésticos, ropa, televisores, etc., y ahora están habitando en un cuarto prestado, dijo que ellos no acostumbran a celebrar las fechas especiales como navidad o el año nuevo, y la razón es que, hace 25 años se accidentó un niñito, se quemó, y pudo haber sido su hermano, dijo.

«Cuando yo estaba en mi casa, cuando yo tenía 17 años y hubo un accidente, también hubo como un juego, pero ahí se quemó un muchacho, entonces a partir de esa fecha pues nosotros no festejamos nada, porque en ese momento dijeron que había sido mi hermano, entonces estábamos nosotros festejando la navidad y salimos a las horas de la madrugada y el muchacho andaba ardiendo, un niñito de 10 años, entonces a partir de ahí pues como que nos traumamos un poco y entonces mi mamá ya dejó de festejar cada año, a parte mi papá se fue a trabajar a una casa de asistente, ahí les cuidaba la casa y para estas fechas de navidad y año nuevo, pues siempre mi papá estaba allá, entonces mi familia dijo ‘cómo vamos a celebrar si falta uno’, nunca estaba él, entonces nosotros siempre hacíamos un convivio hasta el 25 o el día 1, entonces cuando nos vinimos a San Miguel hace 25 años, yo me vine con mi niño de 4 meses, entonces como solo estábamos mi marido y yo, pues realmente no festejabamos nada, porque pues en primera, pues para poner un adorno como es un nacimiento, pues mucha gente empieza con el bebé y empieza a tener un montón de cosas, entonces cada año aquí en la calle festejaban un arrullamiento y hacían su pastorela y todo, entonces pues a los poquitos años pues nosotros salíamos y eso era lo que se festejaba», detalló la mamá.

Lupe indicó que, antes del incendio, además de la panadería que administraba junto a su esposo, ella hacía comida también para unos jóvenes extranjeros de donde también se ganaba un dinerito extra, y que ya recuperó ese trajito también.

Le preguntamos si la dueña de la fábrica de zapatos «Paulina Gallardo» o algún representante legal de ella se han acercado con ellos, para hablar de lo sucedido con la fábrica, y la señora indicó que no, pero que le gustaría que pasara.

«Me dicen que soy muy pacífica porque no he ido a ponerle una denuncia, pero el detalle es que, ¿A qué le pongo una denuncia?, ¿A quién le voy a poner una denuncia o una queja?, si realmente esto pues se salió de las manos, no fue que la señora vino a provocarlo (…) yo no he hablado con ella, no la conozco, pero también me pongo en sus zapatos porque, imagínate, si nosotros perdimos cientos, ella perdió millones, ella está viviendo su propio duelo al igual que uno, y si un día ella se decide a venir y hablar conmigo, yo la recibo y dialogamos», dijo la señora Lupe.

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