Redacción
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Dos agentes de Policía de San Miguel de Allende fueron los que vieron por última vez a sus compañeros José Reyes y Valentín mientras patrullaban por la avenida Independencia aquel 23 de julio.
Su último contacto fueron minutos antes de la 1:00 de la tarde, cuando acordaron que entre los 4 armarían un operativo para revisar autos y avenidas.
Dos de ellos fueron al baño y mientras tanto en el lugar donde se instalarían y acordarían el operativo, se quedaron el agente Valentín y José Reyes, quienes vieron el paso de una camioneta Honda con vidrios polarizados a quienes les hicieron el alto…
Los tripulantes de la camioneta no hicieron caso a la petición de detenerse y tanto Valentín como José los vieron pasar, esperando que los otros agentes llegaran para ir en su búsqueda… Con lo que no contaban es que estos los de la camioneta darían vuelta a la manzana y volverían al mismo sitio donde les pidieron detenerse, para entonces bajar de la unidad y enfrentarlos a balazos.
José y Valentín apenas pudieron reaccionar y fue su tercer compañero quien los vio dispararles… Corrió tanto como pudo pero no pudo alcanzarlos, los hombres ya habían lanzado tantos disparos que los dos policías de Proximidad habían caído malheridos y sin poder defenderse.
Con la misma arma de la Corporación les dieron el tiro que les quitó la vida… Las balas con las que deberían poner a salvo a los ciudadanos y que les dieron para trabajar, fueron las que usaron los hombres de la camioneta para matarlos.
Con el último aliento, uno de los agentes le dijo a uno de ellos que una camioneta negra con vidrios polarizados les había tirado, que los siguiera y fue así como Adrian los pudo ver pasar y seguirlos sin perderlos de vista hasta que llegaron a la colonia San Luis Rey… Nunca detuvo la patrulla que le asignaron esa tarde y en la que iba solo.
El que corría no pudo alcanzarlos y subió a otra unidad y se coordinó con el compañero que ya iba tras los que habían tirado a matar a sus dos compañeros... así fue como pidieron ayuda a los agentes ministeriales de la Fiscalía Del Estado para que los apoyaran, porque de la calle Independencia, los hombres iban directo a la San Luis Rey y luego a Montes de Loreto.
Hasta allá llegaron todos los que pudieron y donde los agentes ministeriales fueron un gran apoyo para los elementos de Seguridad Municipal que nomás supieron de la ubicación de los hombres, llegaron en su ayuda y juntos lograron detener a DOS.
El policía José y el agente Adrián (nombres que fueron cambiados) lo vieron todo.
Ambos vieron tirados a sus compañeros y hallaron el arma de uno de ellos abandonada en la ruta de escape de quienes mataron a sus compañeros que esa mañana salieron como cualquier otro día normal a las calles: solos, con una patrulla, un arma corta y con «la bendición De Dios…».
Tras ver a sus compañeros abatidos volvieron a la Corporación pidiendo ayuda y ellos mismos fueron los que llegaron con sus compañeros para pedirles el apoyo para que juntos pelearan por su seguridad, por su protección, por una mejor estrategia para cambiar las cosas que sabían que están mal dentro de la Corporación.
Ellos alzaron la voz y se convirtieron en los que encabezarían la lucha por mejorar las condiciones de trabajo, por pedir que los mandos que trajeron de Aguascalientes fueran removidos por otros de San Miguel de Allende que sí conozcan a su gente, de tradiciones, de movimientos, otros que sí sepan al menos dónde está la calle de Mesones.
Con la pena de ver caer a sus compañeros ellos hablaron con los elementos de otras corporaciones y lograron que varios de ellos se unieran, pero tras un día intenso de lucha, de apoyo de los ciudadanos, un día después esos mismos elementos los abandonaron, temerosos de lo que les pudieron ocurrir porque dicen «los amenzaron».
Esos héroes que nunca perdieron de vista a los que mataron a sus compañeros, decidieron que al ser «sólo 3», no podrían seguir adelante con un movimiento y decidieron que lo mejor era dejar la Corporación.
Esos héroes sin capa hoy decidieron bajar la guardia porque tras encabezar un movimiento, en un pase de lista donde les dijeron que «EL General NO SE IBA», decidieron que era mejor dejar la Corporación a que cumplan las supuestas amenazas que «les mandaron decir».
Hoy estos elementos que pusieron en riesgo la vida, que se pusieron a los balazos contra quienes hoy se «levantan el cuello» diciendo que por ellos se atraparon, están en búsqueda de trabajo, esperando que pronto los encuentren siendo fieles y leales a una nueva tarea, porque cuando sólo pedían que les dejaran salir acompañados a vigilar las calles y proteger a los ciudadanos, que cambiaran a un General que no conoce la ciudad y que llegó acompañado de gente que tampoco sabe de San Miguel de Allende, hoy los señalaron como «traidores» y malos elementos.
Los elementos decidieron salir de ahí… y junto con otros dos compañeros se darán de baja porque dicen, nadie les garantiza estar seguros para ellos dar seguridad.