De celebración a represión: el gobierno de Trejo y el PRIDE en San Miguel de Allende

Redacción

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Crónica: El Orgullo en San Miguel se Topa con la Fuerza Policial mandada por Trejo

 

SAN MIGUEL DE ALLENDE.- San Miguel de Allende se convirtió en un escenario de represión policial este fin de semana cuando el gobierno local, liderado por Mauricio Trejo Pureco, decidió que la mejor forma de apoyar el PRIDE era desplegar más de 50 policías, bloquear el acceso al jardín principal con patrullas y autos atravesados, y convertir un evento de orgullo en una exhibición de fuerza y represión.

Apenas el 24 de junio pasado, en una rueda de prensa, el Colectivo Colores SMA  agradecía a Sofía Álvarez, funcionaria municipal y encargada de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG), por el «apoyo» del municipio para realizar el evento PRIDE, algo que, según ellos, había sido negado desde el inicio de este gobierno.

Y entre ese discurso (del 24 de junio), la única parte congruente y entendible de Sofía Álvarez, fue  cuando dijo que el gobierno de Mauricio Trejo Pureco estaba «feliz» de apoyarlos. ¡Y vaya apoyo!

El día del evento, la «felicidad» que  manifestó la funcionaria se transformó en  autos atravesados en las entradas del centro y una generosa dotación de policías y elementos de tránsito tratando de impedir la marcha..

Pero los valientes integrantes del PRIDE llegaron al jardín principal, solo para ser recibidos por más de 25 policías que inicialmente les prohibieron meter sus bocinas.

El director de Policía, Christian Manuel Ortíz Muñiz, se camuflajeó entre el público, acompañado de un escolta que le cuidaba las espaldas, mientras él se entretenía hurgándose la nariz, como tratando de sacarse las «ideas». ¡Toda una demostración de profesionalismo y dedicación al servicio público!

 

Nora Garibaldi, representante del colectivo Colores SMA, reveló que el gobierno, 15 días antes del evento intentó cambiar la ruta de la marcha para minimizar su visibilidad. Al negarse, les enviaron a la policía. El resultado fue una serie de empujones, jalones y un ambiente de hostigamiento hacia los participantes.

Al grito de «Este gobierno es un misógino, el alcalde (Mauricio Trejo) es un misógino», la tensión fue tan palpable que una policía finalmente cedió, permitiendo el evento, pero con la condición de que solo durara una hora y media. Sí, ¡una hora y media de «libertad» vigilada para expresar su orgullo!

Así, el PRIDE en San Miguel de Allende, que debería haber sido una celebración de diversidad y aceptación, se convirtió en una amarga demostración de cómo un gobierno puede decir una cosa y hacer exactamente lo contrario.

La comunidad LGBT+ de San Miguel de Allende merecía algo mejor, pero recibió un recordatorio de que, a veces, la verdadera lucha es simplemente poder celebrar quienes son sin miedo a la represión.

 

 

 

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