Carlos Gerardo, el cliente frecuente de los agentes de Tránsito

Redacción

newssanmiguel@gmail.com

 

Carlos Gerardo se dedica a la renta de equipo de sonido para eventos y asegura que desde hace 2 años es un cliente frecuente de las infracciones de tránsito y víctima de los agentes.

Su equipo suele llevarlo a donde se lo soliciten y la última de las ocasiones le tocó llevarlos a una zona del centro,de la misma forma que lo realiza hace años, porque él trabaja para la industria más grande que tiene la ciudad: el turismo.

Pero este fin de semana el tema llegó al colmo, cuando el agente de tránsito que lo «atendió» esta vez, le dijo que por su culpa lo arrestarían , que sus superiores le pidieron que lo sacara y que eso le provocaría que estuviera más horas de su horario porque «su jefe» así los castigaba.

Y para entender mejor el problema, este es su relato:

Al Presidente Municipal y a toda la Opinión Pública.

«El día de hoy  (sábado pasado), alrededor de las 2:00 de la tarde me vi en la necesidad de ingresar con mi vehículo al centro de la ciudad, donde por más de 2 años, y por cuestiones laborales, me veo en la necesidad de acudir los días viernes y sábado de cada semana, de manera específica, en los primeros 20 metros de la calle de Canal (de Hernández Macías a la calle de Hidalgo).

«Desde entonces (hace 2 años) he tenido infinidad de inconvenientes e infracciones de Tránsito derivados de los 10 minutos que por mucho tengo para descargar los objetos que son necesarios para la realización de mi trabajo; cabe mencionar que se trata de equipo de audio que, los que saben me darán la razón, es equipo pesado.

«Los oficiales de Tránsito son en la mayoría de las ocasiones “tolerantes” con mi necesidad y me permiten en la medida de sus posibilidades entrar a la calle de Canal (donde ésta la reja y hay un puesto que vende frutas) o estacionarme junto a la reja para realizar la descarga de mi equipo de audio.

«Pero el día de hoy (sábado 26 agosto), al no encontrar a ningún oficial de Tránsito vigilando la reja para poder solicitarle permiso para entrar decidí, para no afectar el tránsito vehicular, abrir la reja e introducir mi vehículo y estacionarme unos 10 metros más delante de dónde se encuentra establecido el puesto de frutas que referí.

«Cuando me encontraba subiendo a mi vehículo el equipo de audio llegó un oficial de Tránsito sumamente ‘mortificado y agitado’ a solicitarme que sacara mi vehículo inmediatamente, diciéndome además que por mi atrevimiento (el haberme metido la unidad y abierto la reja) lo habían arrestado y tendría que quedarse después de su turno hasta las 8:00 de la noche.

«Yo me encontraba a la mitad de mi misión y le solicité que me diera oportunidad de terminar, ya que si me salía y me estacionaba junto a la reja causaría mayor problema al tránsito vehicular, negándose a atender una cuestión que no implicaba más que un mínimo uso del sentido común.

«Después de tratar de llegar, infructuosamente, a un acuerdo con el Oficial y al sentir que se estaba cometiendo un exceso conmigo decidí no atender la solicitud del Oficial y terminar de cargar en mi vehículo el equipo de sonido, Y OTRA VEZ ME GANÉ UNA INFRACCIÓN.

«Nuevamente lo menciono, no necesito más que 10 minutos el día viernes y 10 minutos el día sábado para realizar parte de mi actividad de trabajo, que por cierto, tiene como finalidad brindar un servicio al turismo, actividad de la que gran parte de las personas de éste Municipio vivimos.

«Durante la conversación que sostuve con el oficial, me dijo que parte del castigo que le había sido impuesto se debía a que sus superiores estaban en la Presidencia y le ordenaron que retirara mi vehículo por esa razón y en ésta parte es donde me pregunto y por la cual decidí no atender las indicaciones del Oficial a pesar de la infracción que ahora tengo que pagar, ¿De quién es la calle? ¿La calle es de ellos?, ¿Mi derecho Constitucional a la Libertad de Tránsito se encuentra limitado según sea el lugar dónde se encuentre éste tipo?,

«(Los que están en el poder ) no ocupan esa posición por los designios de Deidad alguna ¡Nosotros lo pusimos en ese lugar! y por esa razón le pido de la manera más atenta ayudar a quienes hacemos grande éste Municipio (que bien les sirve para hacerse publicidad personal como bien es sabido, pero bueno, ese es otro tema), no pido otra cosa más que la Autoridad sea tolerante, en el mejor sentido de la palabra, en permitirnos a los Sanmiguelenses seguir sirviendo al turismo que es de lo que vivimos, ningún perjuicio le causamos a la ciudad al trabajar de manera honesta.

«Por demás demostrada está la incapacidad de los funcionarios de ésta Administración para el ejercicio de sus funciones, si la cabeza ésta mal todo el cuerpo está mal».

Tras esta misiva, Carlos Gerardo cuestiona a los integrantes de la administración que están tomando atribuciones por demás exageradas, con funcionarios, directores y agentes actores que no pueden sino tomar sus 5 minutos de poder para aplicar la ley a contentillo y sin tomar en cuenta que la tolerancia es un factor importante para el desempeño de sus acciones y continúa:

«Para cerrar todo esto, voy a ir a pagar la infracción, pero también voy a realizar algunas otras gestiones para efecto de resarcir el daño que causé al Oficial de Tránsito con mi actuar y trataré de buscar que la Administración Pública (el H. Ayuntamiento) establezca un reglamento para efecto de atender situaciones como la mía, porque no sólo soy yo quien padece de esa situación, somos la infinidad de negocios y trabajadores que acudimos a esa zona de la ciudad».

Atentamente Carlos Gerardo González, un ciudadadano y empresario sanmiguelense.

 

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