Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.– Jonathan Alejandro a sus 28 años de edad pide justicia tras ser presuntamente estafado y engañado por abogados e ignorado y despedido injustamente por las religiosas de un colegio privado que hasta el momento, siguen sin darle la cara.
Jonathan cuenta a NEWS que hace 2 años, trabajaba con almacenista en la zona donde construyen un nuevo Colegio allá en la calle Principal de La Luz, en lo alto de San Miguel de Allende.
Sin embargo, un accidente que sufrió al circular en motocicleta por la carretera a Dolores Hidalgo, le dejó heridas en la clavícula y la pierna que provocaron que tuviera que recuperarse en casa y al mantenerse ausente, dice, las religiosas decidieron despedirlo.
Jonathan cuenta a NEWS que él trabajaba en el Colegio Justo Sierra, que era almacenista y quien anotaba además las entradas y salidas de material y personas que visitaban la gran y costosa obra que las religiosas levantan en aquel lugar.
´Cuenta el joven que fue después de su accidente, que las monjitas del colegio con formación católica, decidieron prescindir de sus servicios, por lo que presuntamente lo mandaron a su casa sin su sueldo, sin pago de aguinaldos de los 2 años que estuvo laborando y al no tener seguridad social, «porque nunca me dieron de alta en el Seguro Social», los costos para la atención médica tienen que ir por su cuenta.
«Por eso es que no puedo trabajar, porque en estos 2 años no he podido atenderme y no estoy bien. Ahorita lo que hago son mandados a los vecinos y de las propinas es que puedo sostenerme. Me dejaron sin dinero y sin nada», relata.
El 25 de febrero del 2020, junto con otro amigo que también despidieron del mismo Colegio, fueron a la Junta de Conciliación y Arbitraje en Celaya, donde un abogado les sugirió demandar al Colegio por despido injustificado y otras violaciones a los derechos laborales del trabajador.
Así fue como ambos conocieron a un abogado de Celaya llamado Ricardo Morado, quien tiene su despacho muy cerca de la Junta de Conciliación y Arbitraje, que le ofreció sus servicios de «Asesoría para trabajadores» prometiéndole que su caso estaba «ganado» pues las violaciones cometidas por las encargadas del colegio eran «evidentes».
Jonathan Alejandro Hernández González y su amigo comenzaron pues los trámites de demanda contra el colegio que ahora tiene sus instalaciones en la calle de Hidalgo y construye sus nuevas instalaciones en la zona de La Luz.
«Yo me acababa de accidentar el 22 de febrero, me caí a un barranco y me quebré una pierna y una mano; para el 25 de febrero ellos (las religiosas del Colegio Hidalgo) ya me habían despedido, me corrieron por haberme accidentado.
«Entonces fui a Celaya y puse mi demanda en Conciliación y en un despacho que está antes de llegar a Conciliación de Arbitraje, hay un licenciado que dijo llamarse Ricardo Morado; él me levantó la demanda y todo y a los 3 meses me entero que él ya había cobrado el dinero que supuestamente me correspondía a mí y a un amigo que también lo corrieron.
«Por mala suerte mi amigo acaba de fallecer, le dio una neumonía, él era padre de familia y dejó dos niñas chiquitas. Por él la justicia tampoco hizo nada a pesar de que también lo corrieron las monjas injustamente. Pero él ya no puede hablar. Su familia está desamparada«, dijo el joven.
«Cuando hablo con el abogado me dice que él no tiene nada. Voy con las madres del Colegio (Justo Sierra) les digo: ‘Madre, necesito un papel que les dieron a ustedes de que ustedes ya pagaron la demanda, pero dicen que fue abogado ‘quien arregló todo'».
Hasta ahora ni el abogado que lo «defendió» pero sí cobró (a quien identifica como Ricardo Morado, de Celaya), ni el abogado de las Religiosas le han contestado, su mano y su pierna no pueden sanar y el dinero que recibiría sería para su tratamiento médico.
«Por todos lados me está saliendo mal. Estoy desesperado porque no sé qué hacer ni a quién contarle que me ayude. El abogado que contraté (Ricardo Morado) no me contesta; las Monjas (del Colegio Justo Sierra) dicen que ya pagaron pero no tienen cómo comprobarlo y al abogado de ellas, ni sé quién es…
«Fui a Conciliación y Arbitraje y me dijeron que NUNCA HUBO UNA DENUNCIA por parte del abogado, que probablemente los abogados del Colegio y el de Celaya lo hicieron bajo el agua«, señaló Jonathan.
Eran $16 mil pesos los que le correspondían entonces por su despido hace ya casi 2 años, según le dijo entonces el abogado.
«No he recibido mi dinero y honestamente no estoy conforme con eso. Han sido 2 largos años donde no he trabajado porque no estoy bien, me facturé una pierna y un brazo y con ese dinero que me están negando yo ya me hubiera operado, pero estoy aquí sin poder hacer nada, sin poder trabajar, no es justo que me hagan esto», dijo el joven.
NEWS intentó hablar con representantes del Colegio Justo Sierra pero no contestaron en el teléfono: 4151521666 ; esperamos hoy tener éxito.
