Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE. – La Diócesis de Celaya opinó sobre el tema de los danzantes que fueron discriminados en la entrada de los Xúchiles en San Miguel de Allende, donde empleados de Cultura y Tradiciones de San Miguel de Allende, y sacerdotes de la parroquia de San Miguel Arcángel les negaron el acceso a la Parroquia.
La Diócesis señala que lo ocurrido con los pueblos originarios en la Parroquia de San Miguel Arcángel, es responsabilidad de los sacerdotes que tengan a su cargo La Parroquia.
El padre Jesús Palacios, vocero de la Diócesis, dijo que desconocen qué haya ocurrido y que a la casa de Dios no se puede negar el acceso, “a menos que quieran alterar el orden”.
«El hecho mismo de que un padre no deje entrar alguien pues obviamente que está mal. Pero hay circunstancias en las que uno si tiene que proceder, pensemos en alguien que va en mal estado, que va a hacer escándalo, pues esa situación si ya es muy delicada y bueno, se invita a que se comporten o no entren», dijo el vocero de la Diócesis.
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«En el caso concreto del que tú me expones, pues sí ignoro las circunstancias así precisas por las cuales se hayan negado y a quienes se les ha negado, entonces en este caso, ahí si el párroco que tiene autorización para hacerlo, pues él es el encargado de la parroquia, él es el encargado allí, entonces lo que suceda para bien pues es su responsabilidad y también lo que suceda para mal, pues es su responsabilidad».
«Seguramente pues ha habido alguna razón y también pues si no la hubo, hay que ver si fue realmente él o fueron algunas personas a las que él puso ahí a cuidar el orden en el templo», concluyó el sacerdote de la Diócesis de Celaya.
CONTEXTO
Fue el pasado sábado 30 de septiembre, cuando por la tarde que se realizaba la entrada de los Xúchiles a la Parroquia de San Miguel Arcángel, a grupos de danzas y de pueblos originarios se les prohibió el acceso a la casa del santo patrono, siendo empleados de la Dirección de Cultura y Tradiciones quienes les prohibieron el ingreso a los danzantes que solamente querían entrar a orar con San Miguel. Así mismo, los sacerdotes de la parroquia eran quienes bloqueaban la entrada principal al atrio.
