Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE. – Te traemos la historia de tres artesanos sanmiguelenses: Hermes, Ignacia y Edith, quienes nos platican como los afectó a ellos el tema de la pandemia, ya que con la llegada del Covid-19 la economía se detuvo, casi todos los negocios de San Miguel tuvieron que cerrar, en particular ellos y que viven del turismo, lo que les generó grandes pérdidas económicas.
«Yo pago dos o tres sueldos, y finalmente no estoy sacando ni para los sueldos, con mis ahorros es como yo me la he llevado, hay días que trabajo de maestro y tengo salario de gobierno, no es mucho pero sirve de algo para vivir ¿no?», dijo el artista cartonero, creador de mojigangas y santos, el maestro Hermes Arroyo.
«Ayer vendito Dios se vendió algo de la tienda porque sí ayuda mucho, realmente no había vendido nada desde que cerramos en marzo. Yo así a punto de decir ya mejor la cierro».
Edith Rivera se dedica a hacer joyería de diseño artesanal, un diseño que crea únicamente ella en la ciudad.
«Si me afectó bastante porque a pesar de que no tengo trabajadores, yo rento para vivir, rento para tener mi negocio, mi local, y entonces las rentas pues no se acabalaron, y aunque trabajo ventas en línea creo que por la situación económica la gente dejó de comprar. También había rumores de que en algunos lugares prohibieron el uso de accesorios debido a la pandemia, entonces pues menos me compraban porque lo mío son accesorios».
Ignacia Salinas Martínez, ella trabaja la lana, compra esta y fabrica tapetes, colchas, cojines y morrales.
«Nos fue muy mal, porque nosotros teníamos 7 trabajadores pero ahorita si ya nos quedamos solo con 3, los tuvimos que despedir porque ya no había como sostenerlos a todos, ya estamos en las últimas».
Las pérdidas
Hermes tiene las callejoneadas, las mojigangas que bajan al jardín, las rentas de bodas, él calcula que en sus ingresos perdió alrededor de 120 mil pesos mientras estuvo cerrado el turismo (marzo, abril, mayo y junio). De este negocio viven él, sus hermanos y sobrinos.
Mientras que Edith nos reveló haber tenido una pérdida de 50 mil pesos aproximadamente en sus ventas, y hasta el momento ella no ha abierto su negocio, pues aún no se ha certificado, no cuenta con el dinero para hacerlo, lo poquito que gana es haciendo algunas ventas en internet.
«El tener que certificamos nos pegó un poco porque al final de cuentas se trata de hacer la inversión, para comprar el termómetro, los tapetes, cumplir las especificaciones que nos piden, también ha sido un poquito difícil certificarnos, todavía no hago el trámite entonces no puedo abrir», dijo Edith.
Y de los tres la más afectada económicamente ha sido la artesana Ignacia, «Si fue un buen billete», indicó, aproximadamente unos 200 mil pesos es lo que registró de pérdida en sus ventas.
«Estábamos vendiendo muy bien, pero llegó la pandemia y se acabó todo, lo que teníamos guardadito pues ya se fue. Nos hacían pedidos grandes de Estados Unidos y ahorita ya nos están pidiendo menos», compartió ella.