Por Julio Mazarino
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Lo que sucede en Guanajuato entre las fuerzas políticas es una situación clara de distinguir y que tiene sus impactos desde lo nacional, lo estatal, lo regional y lo municipal.
Después de ver los impactos mediáticos y reales de las visitas de actores como el ex presidente de la República, Felipe Calderón; su esposa Margarita Zavala, el dirigente nacional tricolor, César Camacho; la segunda al mando y ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega y la última del vocero y representante del dueño de la franquicia del PVEM, el diputado Arturo Escobar, podemos percibir cuestiones políticas para desintegrar.
En el PAN, el Gobierno del Estado que encabeza Miguel Márquez Márquez, ha reforzado una estrategia de “unidad” temporal para solidificar los diversos proyectos en los 46 municipios, en los 14 distritos federales y en los 22 distritos locales, todo desde los operadores designados por él como: Juanita de la Cruz, Christian Cruz y Éctor Jaime Ramírez Barba.
También ha echado mano de actores fuertes como el ex presidente Felipe Calderón que regresó a hacer campaña por todo el país y Guanajuato, como tierra panista, no fue la excepción, fortaleciendo principalmente al municipio de León, que para todos es la joya de la corona en el estado (el presupuesto más grande) y según dicen los propios panistas, esas visitas no son porque las encuestas arrojen números cerrados, sino holgados.
En el PAN de 3M se preparan acciones como si estuvieran en la lona, como si no fuesen gobierno pero sabiendo que lo son y que pueden echar toda la carne al asador. En estos días el DIF estatal comenzó la entrega de despensas a lo largo y ancho del estado, prendiendo las alertas en todos los demás partidos que por increíble que parezca su reacción es pírrica, pues ya hasta la operación azul los ha tocado a varios niveles.
Los azules no se tientan el corazón y entienden la parte de institucionalidad (esto debería ser en el PRI), y en estos momentos han firmado un pacto no escrito de sumar y abonar a los diferentes proyectos en Guanajuato. Todo mundo está cerrando filas con Ruth Lugo y se sumaron a una defensa en contra de su ancestral enemigo político el legendario legislador tricolor, Francisco Arroyo Vieyra.
En otros municipios donde las situaciones se han comenzado a complicar echan mano de un operador que entiende al derecho y al revés las tareas a realizar, marcando el regreso político del ex gober y conocido como el señor “O”, Juan Manuel Oliva. Nadie lo acepta porque tiene riesgos por los supuestos temas de corrupción, pero de que está actuando lo está haciendo de manera contundente.
Tenemos el caso Celaya donde Fernando Bibriesca, el joven diputado del PANAL e hijo de Marta Sahagún de Fox ha apretado los números albiazules, en ocasiones encima del candidato Ramón Lemus, dónde llamaron a Oliva Ramírez para hacer trabajos operativos y hasta políticos, apoyados por gente de Miguel Márquez. Ya vimos cómo se sumó también el actual alcalde Ismael Pérez Ordaz.
También Oliva Ramírez comenzó a tejer su red de operación en Guanajuato y Dolores Hidalgo, donde los dígitos están cerrados y son objetivos claros de Acción Nacional. En la cuna de la Independencia echan mano de Román Cifuentes, quien actualmente es el delegado de la SEG en esa región y que acompañó al señor “O” en varios puestos en su gobierno y buscan cerrar el distrito 4 federal donde Raquel Barajas de plano no prende y tienen que reforzarla.
El tema más delicado es el de San Miguel de Allende donde todos los grupos le tienen alguna factura pendiente al diputado Luis Alberto Villarreal (¡Échale Montana!) por las pugnas internas, pero en este momento la institucionalidad y el interés del bien común ha sumado a los grupos para apoyar a Ricardo Villarreal a la alcaldía, a Verónica Agundis en el distrito 2 federal y Juan José “el Güero” Álvarez que va para una diputación local, quien es un proyecto de Márquez Márquez.
San Miguel de Allende es el punto donde los grupos del PAN están confluyendo, por un lado el gobernador Márquez por otro, el ex gobernador Oliva y el grupo Villarreal ,que en este momento ha entendido que el buen entendimiento entre todos dará resultados y que ya tendrán el tiempo para señalar, ajustar y buscar lo suyo en lo interno.
Dicen que de esta charla saldrán buenos acuerdos. 3M quiere ser presidenciable y competirle a Moreno Valle (cercano a los hermanos Villarreal). Oliva quiere regresar a la escena política estatal y ver si puede saltar a la nacional; Torres Graciano quiere poner al sustituto de Lalo Trujillo en la dirigencia estatal y ha pensado en Vicente Esqueda quien logra platicar con todos los grupos. También está Luis Alberto Villarreal que suena como fórmula por el recién destapado para la dirigencia nacional, el queretano Ricardo Anaya.
No cabe duda que en el PAN aplican el famoso dicho utilizado por mujeres pero que lo llevamos al plano albiazul: “entre panistas pueden despedazarse, pero nunca se harán daño”. Ahora queda claro por qué la fuerza de este partido es tan fuerte en el estado que es considerado un bastión panista y tierra de negociación con Los Pinos.
