Redacción
newssanmiguel@gmail.com
A la segunda fila de gavetas del lado derecho del panteón de Nuestra Señora de Guadalupe llegó el cuerpo de Isaías, el hombre de 55 años que murió en el crucero de Los Frailes y la Salida a Celaya.
Él es una de las víctimas de la tragedia que llamó la atención de México el miércoles por la noche, luego de que 4 trabajadores del volante fueran ultimados a balazos y donde hasta la fecha no hay detenidos.
Tres de ellos quedaron sepultados en una de las tumbas de los dos panteones municipales que hay en San Miguel de Allende; el cuarto se fue a descansar para siempre en su tierra, en Empalme Escobedo.
A las 1:00 de la tarde inició la misa para pedir por Isaías, uno de los taxistas con años de experiencia al frente del volante.
Con el sol imponente, sus familiares y amigos caminaron tras su ataúd, en silencio y despacio, para luego entrar al cementerio y cruzar entre las tumbas decoradas con Cristos, ángeles, crucifijos y figuras de santos que sólo dejan asomar el nombre de quien ya reposa ahí.
En su sepelio no hubo música, sólo un silencio que dejaba escuchar el pasar del viento.
A ellos, a los que descansan en paz, se unió hoy el cuerpo de Isaías, el taxista, el sanmiguelense que se fue en medio de una tragedia que hasta el momento no se puede digerir.
Los cuatro trabajadores del volante se fueron juntos, entre balazos y operativos policiacos.
Desde hoy sus cuerpos reposan dentro de un ataúd y ya están en otro lugar donde ya no hay dolor ni penas, donde ya no hay más balas ni gritos … .