Redacción
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Este fin de semana, Antonio quedó registrado como la primera persona que «moría» de ganas por entrar a un lugar del que todos huimos: el Centro Penitenciario de San Miguel de Allende.
Y es que Antonio, logró violentar uno de los centros de readaptación considerados de entre los mejores del país, para supuestamente esconderse de unos hombres que lo venían siguiendo en camionetas y con sus habilidades de trepador de paredes, logró entrar al CERESO brincando una de las bardas perimetrales.
Ya dentro del Cereso, los custodios lo vieron caminar «como Juan por su casa» y cuando lo detuvieron les dijo que se metió ahí porque quiso huir de las camionetas que lo venían siguiendo y por eso «se le hizo fácil» entrar.
Ahora Antonio está pero en otra celda, la de los separos preventivos, ahí esperará hasta que sepan de qué lo acusarán: si por entrar sin permiso a un lugar ajeno o por querer entrar al lugar del que todos quisieran salir.
CON UN ARMA
En la comunidad de La Campaña, un chamaco de 16 años de edad fue detenido al andar cargado una arma calibre 22 con 21 cartuchos útiles.
Él se llama David y cuando vio a los policías que lo vieron caminar sospechosamente por la zona, fue puesto a disposición del Ministerio Público.