Ejemplos de calaveritas literarias y cómo escribirlas

Redacción

Newssanmiguel@gmail.com

SAN MIGUEL DE ALLENDE. – Poco a poco, las calaveritas literarias se han ido convirtiendo en una tradición de la fiesta del Día de Muertos en la que cualquier persona que le guste la poesía y desee transgredir un poco las convenciones sociales puede participar. De hecho, son famosos algunos festivales y concursos de calaveritas, como el de San Miguel de Allende o Nuevo León.

Las calaveritas literarias actuales versan de diferentes temas, como la crítica a políticos y personajes célebres (muertos o no), las costumbres del pueblo mexicano o incluso el amor. Por supuesto, la muerte siempre está presente en todas ellas. Hemos seleccionado algunas de ellas. ¡Mira!

CALAVERAS GARBANCERAS

Las que hoy son empolvadas garbanceras pararán en deformes calaveras por José Guadalupe Posada (1912)

Hay hermosas garbanceras, de corsé y alto tacón; pero han de ser calaveras, calaveras del montón. 

Gata que te pintas chapas con ladrillo o bermellón; la muerte dirá: "no escapas, eres cráneo del montón". 

Un examen voy a hacer, con gran justificación, y en él han de aparecer muchos cráneos del montón. 

Hay unas gatas ingratas, muy llenas de presunción matreras como ratas, que compran joyas baratas en las ventas de ocasión.

A veces se llaman Rita, otras se llaman Consuelo, y a otras les dicen Pepita; a ésas la muerte les grita: "No se duerman, que yo velo; y en llegando la ocasión, que no mucho ha de tardar, heridas por un torzón, cala veras del montón, al hoyo iréis a parar".

Hay unas Rosas fragantes, porque compran Pachulíunas Trinis trigarantes, y unas Choles palpitantes, dulces como un pirulí; pero también la pelona les dice sin emoción, "no olviden a mi persona, que les guarda una corona de muelas en el panteón".

Vienen luego las mañosas que Conchas se hacen llamar, y que aunque sean pretenciosas, no tienen perlas preciosas, sino mugre hasta más dar. 

A éstas y a las Filomenas, que usan vestido zancón y andan de algodón rellenas, les ha de acabar sus penas la Flaca con su azadón.

Siguen las Petras airosas, las Clotildes y Manuelas, que puercas y mantecosas, son flojas y pingajosas y rompen muchas cazuelas. 

La enlutada misteriosa, que impera allá en el panteón, y es algo cavilosa, con su guadaña filosa las echará al socavón.
 
Las Adelaidas traidoras, que aparentan emoción si oyen frases seductoras, y que son estafadoras y muy flojas de pilón; se han de ver próximamente, sin poderlo remediar, sumidas enteramente en el hoyo pestilente dé donde no han de escapar. 

Las Enrriquetas melosas, unidas a las Julianas y a las Virginias tramposas, que compran baratas cosas, aunque resulten mal sanas; pagarán su picudez y sus mañas de agiotista, sumiéndose en la estrechez y en la inmunda lobreguez porque la muerte es muy lista. 

Las pulidas Carolinas, que se van a platicar en la tienda y las esquinas, y se la echan de catrinas porque se saben peinar: han de dejar sin excusa los listones y el crepé, y en un hoyo cual de tuza, se hundirán con todo y blusa, con choclos y con corsé. 

Las Marcelas y las Saras, que al cine van a gozar, vendiendo hasta las cucharas, y se embadurnan las caras porque pretenden gustar, serán indudablemente, sin ninguna discusión, dé improviso o lentamente esqueleto pestilente, calaveras del montón. 

Y las gatas de figón, que se hacen llamar Carmela, por producir emoción, y tienen bodegón tan sucio que desconsuela; han de pagar su pereza que da mortificación, sumiéndose de cabeza en el fondo de la mesa, a ser cráneos del montón. 

En fin, las Lupes y Pitas, las Eduwigis y Lalas, las perfumadas Anitas, las Julias y las Chuchitas tan amantes de las galas; han de sentir por final, diciendo "miren qué caso", el guadañazo fatal, y liadas como tamal, verán que llegó su ocaso.

Pero no quiero olvidara las lindas Margaritas, tan amantes de bailar, y a quienes gusta calentar, porque se creen muy bonitas. 
La muerte las ha de herir, sin mirar su presunción, y aunque se van a afligir yo les tengo que decir "calaveras del montón".

Las Gumersindas e Irenes, las Gilbertas y Ramonas, que quieren siempre ir en trenes, y que alzan mucho las sienes porque se juzgan personas; las Melquiades y Rebecas, las Amalias y Juanitas, que unas son sucias y mecas y otras se juzgan muñecas y presumen de bonitas.

 Las Romanas y Esperanzas, las Anastasias famosas, que son gurbias y muy lanzas y parecen gatas mansas, porque son muy labiosas; todas, todas en montón, sin poderlo remediar, en llegando la ocasión, calaveras del montón,
en la tumba han de parar.

La Muerte Maquillada

La muerte está en busca de alguien que la pueda maquillar porque se quiere ir el sábado a una gran fiesta a bailar. 

Se fue para el pueblo de Rayón a buscar a Lupita Flores porque le dijeron que tenía maquillajes de muchos colores. 

Lupita como es muy buena en el trabajo que desempeña peina y maquilla excelentemente y de un gran salón es la dueña. 

Lupita maquilló a la muerte y le hizo un peinado espectacular la muerte está muy feliz y más que lista para bailar. 

Mientras tanto Lupita se siente muy orgullosa de que maquilló a la muerte como si fuese una diosa. 

Gracias te mandamos Lupita hasta el pueblo de Rayón gracias por peinar a la muerte en tu ya afamado salón. 

Autor: Isabel Vazquez (Corazón de Cristal)

Mi Kalakita Es Un Caso Perdido

A que mi Kalakita hermosa sentada está junto a mí riéndose de las cosas que aquí hoy yo escribí. 

Dice que les manda decir que no le tengan temor les manda muchos saludos dizque con todo su amor. 

Pero también me ha dicho que su madre también murió que cuando era pequeña que también mucho sufrió. 

Es por eso que a muchas madres ella se viene seguido a llevar porque quiere sentir lo que es que una madre a ella la pueda cuidar. 

Pobre de mi hermosa kalakita también está como yo desmadrada no tiene ni quien le prepare a ella ni siquiera una rica tostada.
 
O ya de plano ella quisiera una buena suegra tener para que la quiera mucho y le haga de comer. 

O tal vez una cuñada o concuña que la invite a comer un pozole que le haga un buen postrecito o de teja un rico atole. 

Ya me estaban dando ganas de llorar con lo que la muerte me contó pero con esa comida tan rica a mí hambre ya me causó.

 Vámonos mi Hermosa Kalakita a chillar a otro lugarcito tal vez a casa de mi suegra o mejor a un restaurancito vamos a comernos tal vez un sabroso menudito. 

Pobre de mi kalakita es un caso perdido nadie la conoce bien pero mucho ha sufrido. 

Autor: Isabel Vázquez (Corazón de cristal)

Calaveritas

Siempre los huesos le dieron pero por no tener carne se fueron dejándola solo en el abandono para convertirse lentamente en abono.

Estaba la calaca flaca escribiendo su lista de muertes gritando muy entusiasmada con estos tengo por hoy pues ya son más que suficientes.

“Me he llevado de esta vida, a sus personas queridas» Dijo la flaca temida. 

A lo que esta familia intrépida te dice con toda su alegría a la vida. 

Ellos viven por siempre, ¡querida! Pues están en el cielo con gran dicha y tus comentarios, amenazas e intrigas ya no son bien recibidas”. 

Así que ven cuando quieras mi muy desafortunada flaca, ya no tan temida.

A Don Quijote

Esta es de Don Quijote la primera la sin par la gigante calavera a confesarse al punto el que no quiera en pecado volverse calavera. 

Sin miedo y sin respeto ni a los reyes este esqueleto cumplirá sus leyes. 

Aquí está de Don Quijote la calavera valiente, dispuesta a armar un mitote al que se le ponga enfrente.

Ni curas ni literatos, ni letrados ni doctores, escaparán los señores de que les dé malos tratos. 

La suegra con singular sutileza su nariz en todo metía, para suerte de la nuera ¡la calaca la quería!

Pobre de la suegra metiche su vida le arrebató pues la muerte sinvergüenza ¡Su vida le arrebató!

La huesuda brinca contenta

La huesuda brinca contenta finalmente lo ha conseguido han muerto las calaveras y la tradición quedó en el olvido.

Las calaveras murieron no es difícil de entenderse murieron de tristeza nadie las quería componer. 

De Baja California a Yucatán se escucha el llanto del velorio y es que papel y palabras penan ya en el purgatorio. 

Ya nadie las quería leer decían que eran cosas de viejitos flacas lágrimas de tinta rodaban por sus ojitos. 

Es trágica la muerte de esta tradición culpa de todos los mexicanos a los que olvidados en el panteón calaveras y diablitos les trinchan el corazón. 

La muerte viene de manita sudada a su lado trae un monstruo gringo entre hallowen y pizza helada las calaveras al hoyo se echan un brinco. 

La muerte presurosa no para de trabajarlos restos de las calaveras no son fáciles de arrastrar «a estos versos ojerosos me los llevo a la tumba para comer tamalitos y bailarnos una rumba» «Ay pelona desgraciada, cruel será tu penitencia «maldecía una calavera, de la que la muerte no tuvo clemencia. 

La última de las calaveras gritaba con dolor «¡Ay canija! ¡Ya me llevas!» pero con harto amor. 

La muerte contenta, de la calidad del cargamento baila, patina, canta y da saltos de contento «para esta bola de calaveras, muy cruel será el tormento «al hoyo fueron todas, ingeniosas o sin talento el epitafio así lo dice: «yace aquí del ingenio un buen invento».

 Los jardineros

Con motosierra cortando asustaron a la flaca que los andaba buscando para clavarles la estaca. 

Se trepaban como changos a grandísimas palmeras hasta que luego de brincos se rompieron las caderas. 

“Pariente, no sea tan tonto” ,les dijo la flaca catrina  “el trabajo no se acaba, o arriesguen así su vida”.

Calavera sobre el pan de muertos en este mes singular, en que todo es fiesta y danza, recordamos con amor tradiciones y alabanzas. 

Es menester recordar que aún en la confianza, de volvernos a encontrar, recordamos sus andanzas. }

A nuestros seres queridos les ponemos un altar, pues sus almas y latidos los sentimos regresar! 

Así que los festejamos con grandes piezas de pan, colocados en altares con flores velas, mezcal! 

Estos panes primorosos, que de Colores están, con formas de cuerno y hueso se los hemos de dejar. 

Para que pasen contentos en su visita fugaz, en esta tierra de amores los recuerdos que se van. 

Para mí es un gran regalo el poderlos encontrar, en fechas tan especiales y poderlos disfrutar. 

Si supieran mis muertitos cuánto los echo de menos, vendrían todos los días y se harían muy amenos! 

Yo los espero sentada pues sé que departiremos estas dos noches completas con atoles y galletas. 

Queridas almas contentas, de saber que las queremos, recordamos sus amores, y esperamos su regreso! 

Autora: Davina Gpe. Ponce Mtz.

Cómo escribir una calaverita literaria. 

Antes de ponerte a crear una calaverita literaria debes saber que son una variante de las décimas populares veracruzanas y de las llamadas ‘bombas yucatecas’. Suelen escribirse en versos octosílabos, ya que siguen un patrón de rima clásica, aunque también hay calaveritas de siete sílabas.

Puedes hacer estrofas de cuatro versos, las más sencilla, y hasta de diez versos. Aunque lo suyo es que pongas a trabajar tu mente creativa para lograr rimas métricas, si tu intención solo es disfrutar un poco creando una calaverita y no tienes mucha experiencia creando poesía puedes saltarte un poco las normas.

Eso sí, si lo que deseas es competir en un concurso, necesitarás poner tu genio creativo en acción y lograr componer versos métricos (te recomendamos leer las bases del concurso de calaveritas en el que quieras participar.

Consejos para escribir tu calaverita literaria

1. Nunca olvides mencionar el tema de la muerte. Tanto si es el tema principal como si no, la muerte debe estar siempre presente en tu calaverita. Recuerda que para la cosmovisión mexicana la muerte es otro paso más de las fases del ciclo vital, por lo que la muerte no se percibe como el final, sino como una continuación.

2. Crea rimas consonantes. Hay dos patrones posibles ABBA (las últimas palabras del verso uno y cuatro suenan similar, así como las del segundo y tercero) o ABAB (primero y tercero, segundo y cuarto verso). Tu calaverita quedará perfecta si sigues este consejo.

3. Usa un lenguaje divertido pero con cariño. Es cierto que las calaveritas tienen un toque satírico e irónico particular, pero eso no quiere decir que desees ofender a nadie (vivo o muerto) con ellas. La gracia es lograr el equilibrio medio, sin que nadie pierda la sonrisa al leerlas o recitarlas. Una manera de lograrlo es incorporar algún verso que demuestre el afecto que tenías por esa persona, aunque todo depende de sobre quién estés escribiendo.

4. Deja de ser políticamente correcto. La gracia de las calaveritas literarias es que se usan precisamente para decir lo que en otros momentos del año no podemos. Así que olvida por un momento lo que piensen los demás y desahógate. Una vez que hayas dicho lo que de verdad quieres decir, puedes pulirla con un poco de humor y suavizarla con un poco de cariño.

5. Habla sobre lo que define al protagonista. Menciona las  características que más reflejan a tu personaje, como su profesión, sus gustos, su aspecto, su forma de ser… Es un recurso muy útil, ya que todas las calaveritas literarias hablan de la muerte, por eso hay que buscar ciertas características que se relacionen tanto con la muerte como con la vida del protagonista. Por ejemplo, si el protagonista de la calaverita era plomero, puedes hacer alusión a las llaves, al caño, a destapar, al lavabo, etc.

6. Recita tus versos en voz alta. Antes de decidir que tu calaverita está terminada, recítala en voz alta, o mejor aún, pídele a alguien que lo haga. La poesía no solo se lee, se habla y se canta, por lo que para que sea una buena calaverita tiene que poder recitarse y que suene bonito.

7. Piensa en un final inesperado. Sorprende al lector o lectora con un final que nunca se habría imaginado. Esas son las mejores calaveritas, las que le dan un giro al argumento en el que al final te das cuenta de que lo que hablan no es lo mismo que lo que empezaste a leer.

Con información de Diario Femenino
https://www.diariofemenino.com/amor/poemas-de-amor/7-calaveritas-literarias-para-el-dia-de-muertos-como-escribirlas/

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