Redacción
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GUANAJUATO.- En la confrencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador prometió «no abandonar a Guanajuato«, tras el ataque de un grupo armado que dejó 26 muertos en un centro de rehabilitación, aunque denunció una posible asociación delictiva con autoridades locales.
Señaló que debe revisarse si hay un “contubernio” entre la delincuencia organizada y las autoridades de Guanajuato, luego de la masacre.
“Creció mucho el problema y hay que ver si no hay contubernio, es decir asociación delictuosa entre delincuencia y autoridad”.
Expresó que no se va a abandonar a la gente de esta entidad y que buscarán terminar con los generadores de violencia, priorizando la honestidad y desterrando todo lo “podrido” que dejaron, ya que no tiene que ver con cuestiones políticas o partidiastas.
«Es nuestra responsabilidad proteger a la gente de Guanajuato, también con la recomendación respetuosa de que se haga una revisión sobre el funcionamiento de los órganos encargados de impartir justicia en Guanajuato, eso no es injerencismo», expresó el mandatario en su rueda de prensa matutina.
El presidente describió como «fuertísimo» el atentado de este miércoles, cuando un comando atacó un centro de rehabilitación en Irapuato, el segundo municipio más grande de Guanajuato, el estado con el mayor número de homicidios de México.
Al indicar que ese estado suele concentrar cerca del 12 % de los asesinatos a nivel nacional, López Obrador detalló que Guanajuato registró 33 asesinatos este miércoles, 36 % de los 92 reportados en todo el país.
La masacre, de las más brutales registradas recientemente en México, tuvo lugar en un centro contra las adicciones del municipio de Irapuato. En un primer momento se hablaba de 24 fallecidos y siete heridos, pero la cifra subió a 26 muertos en las últimas horas.
Sin referirse de manera directa al hecho de Irapuato, el mandatario sugirió que hay una batalla de grupos rivales del crimen organizado en la entidad.
«Sí hay una confrontación de bandas y son agresiones entre ellos en la mayoría de los casos, pero nosotros no queremos que nadie pierda la vida, entonces creció mucho el problema, lo dejaron crecer y hay que ver si no hay contubernio, es decir, asociación delictuosa entre delincuencia y autoridad», expuso.
La violencia en Guanajuato ha causado choques entre el Gobierno federal y el de esa entidad, gobernada desde hace décadas por el derechista Partido Acción Nacional (PAN), la principal organización de la oposición.
Tras los atentados de las últimas semanas del Cártel de Santa Rosa de Lima, López Obrador ha manifestado la urgencia de revisar la actuación del fiscal general de Guanajuato, Carlos Zamarripa, quien lleva 11 años como encargado de la procuración estatal de justicia.
Aunque en un inicio había optado por la confrontación, el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez, pidió la intervención el Gobierno federal tras el último ataque en Irapuato.
El presidente confirmó que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, habló con el mandatario estatal para ofrecerle el respaldo de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina.
López Obrador prometió «seguir apoyando» sin «cuestiones políticas partidistas».
«No quiero hablar de eso porque no se trata de culpar, sino de que se trabaje de manera conjunta de verdad, que se haga a un lado la hipocresía», comentó.
México contabilizó 34.608 homicidios y 1.012 feminicidios en 2019, la cifra más alta desde que se tienen registros, siendo Guanajuato el estado más afectado por la violencia. (EFE)