La vegetación en el municipio es de clima semidesértico, compuesto por cactus, nopales, mezquites y huizaches. Sin embargo, hacia el sur de la ciudad, cerca de la Presa Allende, se encuentra un túnel –antiguo paso de tren –que desemboca en una cañada natural en donde se asienta la comunidad de La Huerta, cuyos habitantes viven principalmente de la fabricación de canastos. La Huerta pertenece al corredor arqueológico de Chupícuaro, el cual incluye a Acámbaro y Jerécuaro, por lo que en la región existen por lo menos cuatro sitios arqueológicos aún sin explorar del todo. Hay también en la comunidad una antigua capilla de indios, una de las muchas que existen en la cuenca del Río Laja construidas hace más de 400 años por los frailes españoles que llegaron a la zona a evangelizar a los indígenas. Se puede apreciar también otra capilla, un poco menos antigua, que data del siglo XIX, con contrafuertes renacentistas, en donde hasta hoy se oficia misa regularmente.
En La Huerta confluyen el Río de la Virgen y el Río Laja, por lo que se forma un ecosistema húmedo, con vegetación exube- rante. Esta confluencia de ríos resulta en el nacimiento natural de un cristalino manantial del cual se alimenta, desde hace 700 años, un gran ahuehuete – palabra procedente del náhuatl ahuehuetl, que quiere decir árbol viejo de agua, y que los españoles castellanizaron como sabino. Equiparable al Árbol del Tule en Oaxaca y al Árbol de la Noche Triste, cuyos restos están en la calzada México-Tacuba en
la Ciudad de México, ambos también ahuehuetes, el Sabino de la Huerta tiene un perímetro de alrededor de 20 metros –se necesitaría alrededor de 12 per- sonas con las manos entrelaza- das para abarcar el rededor de su tronco- y se le considera el segundo ahuehuete de tronco más grueso de México, después del Árbol del Tule. Su copa produce una sombra que abarca cerca de 40 metros.
Tome la carretera a Celaya, de vuelta a la derecha en la desviación a Guanajuato y al llegar a la Presa Allende, encontrará la desviación a la comunidad de La Huerta.