Redacción
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Se llenaron de tierra, batearon fuerza. Llegaron a home, hicieron carreras y corrieron con el alma para pisar la base. Unos lo hicieron con uniforme, otros con tenis, camisa y pantalones de mezclilla pero para jugar el primer torneo de sus vidas, no les hizo falta uniforme.
Los cuatro equipos llegaron puntuales a la cita del Torneo Cuadrangular de Beisbol en el estadio que Stirling Dickinson construyó y regaló a San Miguel de Allende; de las comunidades y colonias llegaron los niños dispuestos a batear, a atrapar las pelotas y anotar el máximo de carreras.
Dos de los tres equipos estaban conformados por niños de las comunidades de Don Francisco y Cuesta de San José; otro más de puro chamaco sanmiguelense y otro (el oficial, el que patrocina a la liga municipal) llegó con todo y «cachirules», con niños que trajeron de la liga de Celaya, pero era el torneo y el chiste era jugar.
En las tribunas estaban los papás y aficionados al beisbol que no pararon de echar porras a los niños que ponían su alma y espíritu en el encuentro; iban a jugar y a eso llegaron.
Los niños de las comunidades llegaron sin uniforme, el presupuesto no alcanzó y la Liga municipal les dijo que no tenía dinero para apoyar a los chiquillos con trofeos ni uniformes de los niños (sí, los mismos que llevaron «cachirules»), pero qué más daba si en esto no hay política, puras ganas de jugar.
Todos iban por carreras y carreras hicieron.
El animador y el clásico sonido de un juego de beisbol se escucharon durante horas en el estadio que se convirtió en el centro de convivencia para todos, pero con el común denominador de hacer deporte. Los entrenadores y el equipo de apoyo iban y venían por el estadio dando órdenes, poniendo el orden… jugando con todo.
Al final, cerca de las 4:00 de la tarde, los enfrentamientos terminaron y los ganadores fueron los Cachorros (Los sanmiguelenses-celayenses), para luego coronar con el segundo lugar a los niños de la comunidad de Don Francisco.
El tercer lugar lo ganó el equipo de Correcaminos, con niños que juntaron de las colonias de San Miguel y por cuarto sitio quedaron los Guerreros con los chicos que llegaron de Cuesta de San José.
Con sólo jugar se llevaron el mejor regalo del Día del Niño, porque jugaron su primer torneo, entregaron el alma, se cansaron, aunque algunos tuvieran que correr con zapatos de vestir, el chiste era llenarse de tierra y hacer carreras en Home.
y jugadores que sólo tenían una
Llenaron el cuadrangular, jugaron, eliminaron a los primeros y s