José Miguel Pazzi
Kendo significa “Camino de la Espada”, y es básicamente una técnica japonesa moderna, que ofrece una conexión con el tradicional espíritu de Budo (la aplicación e ideología de las artes marciales), desarrollada por los samuráis en los tiempos antiguos del Japón. Sus bases filosóficas giran en torno a los preceptos del Budismo Zen, de esta manera, los practicantes de Kendo, o kendokas, aspiran a dominar las técnicas de combate con la espada japonesa, a la par de profundizar en los aspectos mentales y espirituales. La práctica del Kendo, que deriva del kenjutsu, se realizaba en un principio con una katana.
Posteriormente, para hacer más segura la práctica de esta disciplina, se suplió la katana por el shinai, que consta de cuatro piezas de bambú que se mantienen juntas mediante distintos trozos de piel. El bogu, o armadura de Kendo es la versión moderna de la indumentaria samurai de la época feudal en Japón hasta la primera parte del siglo XIX.
El fundador en Guanajuato de la disciplina Kendo es el Gran Maestro Dan-Horia Chinda, quien entrenó y enseñó artes marciales desde 1960. En 1991 abrió su Dojo (escuela) estadounidense: Chinda Instituto Internacional para el Desarrollo de Mente-Cuerpo. Con grandes credenciales en artes marciales, fue pionero en el Karate Do, Jiu-Jutsu , Aikido y Tai-Chi Chuan en Rumania desde 1970, continuando con el legado de su padre, un experto en Jiu-Jitsu.
Después de su recorrido por Alemania, de una larga estadía en Estados Unidos y algunos años en San Miguel de Allende, el maestro regresó a su país natal Rumania en 2012, no sin antes dejar su legado. Su alumno más avanzado, Jesús Herrera, tuvo el honor de heredar el Dojo y la representación de Chinda Instituto Internacional para el Desarrollo de Mente-Cuerpo, en la disciplina de Kendo.
