Redacción
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SAN MIGUEL DE ALLENDE.- La noche del jueves 17 de octubre, el Profe Tony un joven de 24 años, perdió la vida al intentar cruzar el Libramiento Manuel Zavala para llegar al Malanquín. Fue arrollado por una moto sin placas, conducida por un menor de edad en aparente estado inconveniente. sufrió un impacto tan brutal que perdió el conocimiento y, aunque Tony luchó por aferrarse a la vida, finalmente su corazón se detuvo en el hospital.
Jesús Antonio Soler Rodríguez, había logrado hace apenas un año cumplir uno de sus más grandes sueños: graduarse como Licenciado en Educación Física y Deportes por la Universidad Autónoma de Querétaro. Su objetivo era claro: formar campeones y llevarlos a las Olimpiadas. Sin embargo, ese futuro fue truncado no solo por la imprudencia de un conductor, sino por la falta de responsabilidad y atención del gobierno municipal.
SEIS DÍAS SIN SEMÁFOROS Y FALTA DE UN PLAN
El accidente ocurrió en un crucero que llevaba tres días sin semáforos, después de que un taxi dañara el sistema vial. En un intento inicial por controlar el tráfico, la Dirección de Tránsito asignó elementos en la zona, pero al tercer día, Jorge Salas Luna, director de vialidad y movilidad, decidió retirar la vigilancia, dejando expuesto uno de los cruces más peligrosos de la ciudad.
Esa misma noche, la combinación de imprudencia y falta de supervisión cobró la vida de Jesús Antonio. Un menor en una moto sin placas, sin licencia y en aparente estado inconveniente, circulaba sin ningún tipo de control por una ciudad donde la autoridad parece ausente. La falta de acción de las autoridades municipales no solo permitió que este conductor circulara sin consecuencias, sino que dejó sin vigilancia un cruce en el que ya se habían reportado incidentes graves en el pasado.
- La negligencia del gobierno le arrebató el futuro a un joven soñador
Jesús Antonio cruzó por años ese libramiento, confiando en que sería un trayecto seguro. Sin embargo, la negligencia de un gobierno sin plan convirtió su rutina en una trampa mortal. Su historia es la de una víctima de la falta de previsión y responsabilidad de quienes deben garantizar la seguridad de todos.
Hoy, el dolor de su familia y amigos no solo radica en su pérdida, sino en la certeza de que esta tragedia pudo haberse evitado.
El gobierno municipal no previó un plan de contingencia para un cruce peligroso; no actuó con responsabilidad al permitir que menores sin control circulen por la ciudad. La falta de atención e indiferencia arrebató la vida de un joven con un futuro prometedor, cuya única misión era preparar a los campeones del mañana.
San Miguel de Allende, una ciudad que presume su título de Patrimonio de la Humanidad, hoy queda exhibida por su incapacidad de gestionar la seguridad básica de sus ciudadanos. Mientras las autoridades se preocupan por dar excusas, una familia entierra a un hijo, y la comunidad despide a un joven que soñaba con transformar vidas a través del deporte.
Jesús Antonio Soler Rodríguez ya descansa en paz, pero su partida nos deja una dolorosa lección: la vida de un ser humano no puede depender de la improvisación ni del descuido de un gobierno.
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con Info de Ana Solis/ Archivo